Testimonio de Maxim, un onubense en Ucrania: "Aquí los días parecen años"

Tercer relato de Maxim para 'Huelva Información' en el que cuenta su odisea en los ocho días de invasión rusa

"Sin un arma estoy inseguro"

"No pienso volver a España, quiero ayudar a mi familia"

Maxim Yuschuk actualmente en Ucrania.
Maxim Yuschuk actualmente en Ucrania. / M. G.

Rivne/Latas de Red Bull como remedio para afrontar los días. A base de "tres o cuatro" recipientes de esta bebida energética vive Maxim Yuschuk, el joven onubense que enfrenta en Ucrania el octavo día de invasión rusa.

Los días se antojan ya monótonos para Maxim. Tanto que "parecen años". Hoy ha conducido nuevamente su vehículo para evacuar a madres y niños desde Rivne (municipio de 30.000 habitantes a 400 kilómetros de Kiev) hacia la frontera con Polonia. "No sé ni cómo voy a ser capaz de hacer dos viajes, apenas duermo y estoy agotado", reconoce el joven a Huelva Información en un "breve descanso" que se toma mientras aguarda a que sus nuevos pasajeros lleguen hasta el vehículo.

Más de una veintena de personas han conseguido abandonar el país gracias a Maxim, entre ellas su madre y su hermana, quienes, "tras horas de conversación familiar y momentos de suma tristeza", aceptaron ser evacuadas.

Las carreteras que toma Maxim en sus continuos trayectos están desprovistas de vida, como si de un "apocalipsis" se tratase. No son pocos los tramos en los que no se topa con otros ciudadanos o en los que no aparecen vehículos vacíos. Los que sí frecuentan las vías son los soldados del ejército ucraniano, cuya función es detectar civiles prorrusos. Para ello, según explica Maxim, sometido ya a varios controles de tráfico, "te hacen preguntas para pillarte, cuestiones que solo conoce la población que es ucraniana". Por ejemplo, a este joven le hicieron creer que su itinerario era erróneo, a lo que Maxim tuvo que asegurar que "ellos eran los que se equivocaban, no yo". De este modo, comprobaron que el joven se dirigía realmente a la frontera con Polonia.

Maxim viaja en coche por una carretera Ucrania.
Maxim viaja en coche por una carretera Ucrania.

Preguntado sobre por qué él no abandona Ucrania si tiene la documentación española que le permitiría regresar a Huelva, Maxim insiste en que "no puedo abandonar mi otro país. No tendría honor para volver después de ver cómo de unidos están mis compatriotas". Igualmente, asegura que "si esta misma guerra sucediese en España, yo estaría en Huelva ayudando, porque así lo siento". De este modo, padre e hijo permanecen en su hogar de Rivne en una casa que "ya no es la que era" tras la partida de su madre y su hermana.

Si bien es cierto que su día a día consiste en la evacuación de sus allegados, también lo es su esfuerzo por colocar barricadas por Rivne, aunque no puede explicar en qué consisten realmente estas medidas de protección "por seguridad". De hecho, señala que una de las pocas ventajas que tendría su localidad si se produjese una invasión es que "el enemigo entraría sin saber donde está, no conoce nada de aquí".

Maxim posa con la bandera de Ucrania.
Maxim posa con la bandera de Ucrania. / M. G.

La vida en Rivne no ha cambiado en las últimas horas. Tal y como ya explicó Maxim a este diario, "nada es normal". Los comercios y las gasolineras son los únicos establecimientos que permanecen abiertos y persiste la medida de racionalizar la gasolina (20 litros como máximo por cliente), lo cual obliga al joven a viajar bidones de reserva en el interior de su vehículo". Rivne desprende "tristeza y melancolía", pero también irradia "solidaridad" gracias a la comunión entre los propios habitantes, quienes ponen a disposición puntos o locales para que la gente pueda ducharse, comer o dormir.

En este punto, conviene recordar que, de acuerdo a lo explicado en crónicas anteriores, Maxim no puede enviar documentos gráficos de cómo está su municipio, dado que de esta forma se estaría comprometiendo la seguridad de los ucranianos en el caso de una posible entrada del ejército ruso.

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