Hace exactamente dos años - ¡cómo pasa el tiempo! -, publiqué en esta misma tribuna el artículo ‘Viajar es una maravillosa manera de fortalecer la inteligencia emocional’. En él resumía algunas sugerencias sobre cómo multiplicar el efecto de crecimiento que de forma natural provoca conocer otros sitios, otras culturas, otras costumbres y otras personas. Recuerdo, de hecho, que aquel artículo tuvo muy buena acogida y que, usando el argot tecnológico, se viralizó. Entiendo que fue una muestra de interés, y por eso me he propuesto hoy dar continuidad a aquellas sugerencias con algunas propuestas más para viajar, también este verano, de forma inteligente.

En 2021, te recomendaba cuatro ejercicios muy básicos para fortalecer tu inteligencia emocional viajando. El primero fue entablar conversaciones durante el viaje con gente que no conoces, sobre cosas sencillas, mostrando un interés genuino y con sincera amabilidad, porque es algo maravilloso para afilar tus habilidades sociales y tu empatía.

También te recomendaba buscar y planificar, en esos sitios a los que vas, actividades que supongan algo nuevo en tu vida, desde probar nuevas comidas a hacer puénting. Esas nuevas experiencias más o menos intensas te ayudan a entrenar tu flexibilidad y tu resistencia natural al cambio.

La tercera recomendación fue dedicarse, durante los viajes, algún o algunos momentos en soledad. Un paseo, un desayuno, una visita guiada tú contigo… Nada como la soledad elegida para mejorar tu autopercepción emocional y tu autoconocimiento. De hecho, viajar sola o solo es algo que debería proponerse todo el mundo alguna vez en la vida.

Y lo último que te recomendaba en aquel artículo fue escribir las experiencias acumuladas durante tus viajes y compartirlas, para afianzarlas en la memoria y revivirlas siempre que quieras.

Tres propuestas más para gente inteligente que viaja

Pues como cada vez más estudios demuestran algo que el sentido común ya sabía, - que la felicidad no está en lo que tenemos, sino en las experiencias que acumulamos -, aquí van tres propuestas más. No te olvides de meterlas en la maleta en tu próximo viaje.

Elige un destino que rompa con la rutina. Si puedes, aunque sólo sea unos días y no sea muy lejos, no vayas donde siempre. Asegúrate de buscar un destino nuevo que te resulte estimulante, sea por la razón que sea.

Disfruta mientras planeas tu escapada. El viaje comienza desde que empiezas a planearlo, así que deja volar tu imaginación, organiza actividades en grupo para prepararlo, haz partícipe a la gente que te acompaña antes de salir. Porque lo importante no es el destino, sino el camino.

Practica la desconexión digital durante el viaje. Al menos unas horas al día, proponte apagar todos los dispositivos y vivir la experiencia sólo con tus cinco sentidos. Nada de publicaciones en las redes en tiempo real. Haz fotos, eso sí, para compartir después lo que quieras. Que compartir tu viaje no te robe la experiencia.