Santa Fe es por vez primera lugar de Cultura para Huelva
Huelva de ayer a hoy
En 1910 el Ayuntamiento quiso destinar el mercado a Escuela de Artes, Capataces de Minas, Biblioteca y pequeño museo; pero nada se hizo y se dedicó a cuartel

Al igual que muchos, la primera vez que entré en el cuartel de Santa Fe fue para la expedición del DNI, entusiasmados porque íbamos todos los de la pandilla así que nuestros números son los 29.76... (veintinueve millones setecientos sesenta y...).
Luego cuando comienzo a entrar en el Archivo Municipal de Huelva, en la calle Fernando el Católico, dirigido por Lola Lazo y su primer auxiliar Juan Pedro, en mis búsquedas del patrimonio onubense cae en mis manos el proyecto de antiguo Mercado de Santa Fe. La verdad, debo reconocer que su lectura fue como la de una novela, nada igual a lo encontrado hasta el momento. Aquel proyecto con tanta ambición en todos los aspectos, el constructivo y de servicio a la ciudad; frente a otras construcciones más ‘endebles’ como el teatro que estaba junto a él. En ese relato, el desplome de la techumbre en construcción, las investigaciones, las quejas de unos y otros, la dimisión del arquitecto municipal Manuel Pérez González que lo proyectó... Aquello apareció en mi ‘Huelva, lejana y rosa’ de 30 de enero de 1983.
Ahora ha tenido en la reinauguración la solemnidad que le faltó en 1905
Un lugar surgido por el desmonte del Cabezo del Molino de Viento. Otros legajos narraban curiosos episodios de otra novela; estaban en el Archivo del Obispado, cuando los catalogaban a finales de los ochenta los seminaristas que hoy son párrocos en esta Diócesis. Tal quedó el templo de San Pedro que algunos pensaron que lo mejor era derribarlo; o las quejas por el polvo de los carros con la tierra camino del relleno para la estación de Zafra. Aquel muro sólido que debió hacer el Ayuntamiento se levantó por suscripción popular. El tiempo se encargó de ir deteriorándolo. En estas páginas hemos escrito muchos y mucho para reclamar la restauración de Santa Fe como lugar para la cultura. Todo pasaba por tener suelo para un nuevo cuartel y eso lo pidió Wenceslao Font en 1994 (entonces en el PP) y todo alcanza su mayor empuje en 2001 con las gestiones del alcalde Pedro Rodríguez (PP). Mucho se habló entonces de diferentes destinos, hasta la Asociación de Vecinos de San Pedroy San Sebastián que presido tuvo que recurrir en 2011 al Defensor del Pueblo para que se garantizara el uso público para la cultura y no para la hosletelería. El alcalde Gabriel Cruz (PSOE) consigue en 2016 la declaración BIC y lo más importante, ‘los dineros’ del Estado. En el mismo paquete metió el muro de San Pedro, cuando costaba tanto subir a hablar en la sacristía, la suerte es que alcalde y párroco de entonces eran ambos de Riotinto. Ahora en la reapertura tanto la subdelegada del Gobierno, María José Rico (PSOE), como la alcaldesa, Pilar Miranda (PP), destacaron las sinergias entre administraciones para que salgan adelante proyectos como este. Habrá que esperar lo mismo de Oscar Puente para las mejoras del tren a Huelva.

En 1905 la prensa lamentó que la inauguración el Ayuntamiento no le “ha rendido el debido honor al nuevo edifico”. Se pedía repique de campanas, un poco de música y abundante limosna a los pobres.
La reapertura sí fue especial, con el grupo de baile de la Escuela Profesional Alejandro López, formado por Alicia R. Báez, Sofía Bodega y Daniela Cifuentes y los fandangos que el cantaor Jeromo Segura dedicó a este evento acompañado a la guitarra por José Fernández El niño del Laúd.

La reapertura del mercado Santa Fe como espacio cultural coincide con la impresión de mi libro De La Placeta de los Marineros al nuevo Mercado del Carmen, que pronto verá la luz en la colección de la Fundación Caja Rural del Sur. Este hecho me lleva a compartir hoy algunas pinceladas de aquel mercado en sus inicios. Lo importante en sí es que los mercados tradicionales son lugares de convivencia. Hoy se une el atractivo patrimonial recuperado por Urbanismo en un proyecto dirigido por Felipe Arias -como explicaron en el acto los arquitectos municipales Javier Olmedo y Miriam Dabrio- que lo deja en manos de Nacho Molina, para que desde Cultura llegue aquí lo que hasta ahora no habíamos podido tener por carecer de un espacio como este.
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