TV-Comunicación

56 años y con artritis

  • La corporación pública RTVE vive hoy su aniversario con un horizonte cuajado de números rojos y un modelo de financiación que viene a resquebrajar su viabilidad con una plantilla de 6.400 trabajadores

Hace exactamente un año La 1 cumplía 50 años de emisiones en Andalucía luciendo la vitola recuperada de ser la cadena más vista en España, con un 14,6% de cuota. Un otoño más tarde la primera cadena de TVE, que hoy soplaría 56 velas celebrando el inicio de su programación regular desde el madrileño chalé del Paseo de la Habana, es seguida por un 11,6% de la audiencia española, 3 puntos menos de sopetón en el intervalo de un año y una precipitación hacia el mínimo histórico que marcó el pasado julio, con un 10,7% sufriendo la Eurocopa de Mediaset. Hace un año la directiva interina de RTVE había decidido tirar la casa por la ventana ante la llegada de una administración controlada por el PP y por primera vez coincidieron en parrilla las dos producciones más caras que encarga (todavía) la cadena pública: Águila Roja y Cuéntame cómo pasó, que a su vez aún hoy siguen siendo los contenidos más vistos entre los españoles con permiso de lo que diga La voz.

Además de un descenso alarmante entre los seguidores del primer canal, con la llegada de unos nuevos gestores a los que se les ha visto demasiado el plumero popular, el principal problema de esta señora de 56 años son las dolencias financieras para ponerse en pie. La corporación pública, que va a completar tres años sin ingresos publicitarios, encaró un 2012 con 204 millones de presupuesto menos (los que recortó el Gobierno, tal como avisó en diciembre), ajuste que el actual presidente, Leopoldo González-Echenique, aún tendrá que acentuar para 2013. El abogado del Estado que dirige los destinos de RTVE ya ha reconocido que para este año habrá 73 millones de déficit que ha habido que utilizar para los contenidos de la programación, que se agregan a los 29 millones que la corporación ya anotó en rojo el pasado año. El acusado descenso publicitario de las cadenas privadas, como vaso comunicante, lo sufre y sufrirá RTVE, porque tirita así una de las fuentes de su financiación. Se estimaba que la cadena pública iba a recibir unos 200 millones anuales de comisión, en concepto de la tasa del 3% que han de abonar las cadenas comerciales, una cifra que va a ser muy inferior a lo previsto en este año que merece quedar en el olvido para la memoria colectiva. Lo que está claro es que gracias al sacrificio de Isaac que emprendió el presidente Rodríguez Zapatero los dos grandes grupos privados pueden todavía tener oxígeno fresco a estas alturas de la crisis. De lo contrario, sin esos 500 millones liberados en spots, tanto Mediaset como Antena 3 habría entrado en números morados (más que rojos). El nuevo modelo de financiación de la cadena pública no impidió las fusiones ni el naufragio en que se encuentra el sector audiovisual español (el mediático, en general), pero ha venido a salvar los muebles de las dos locomotoras más expertas. Las empresas de telecomunicación, además, tienen en los tribunales un modelo de financiación que ya se antojaba descabellado tiempo atrás.

Mientras las cadenas privadas están en alerta roja en estos momentos, preparándose para un zafarrancho ante unas incertidumbres pesimistas, RTVE, pese al cambio de gestores, mantiene su ritmo alocado: una enferma de artritis dando vueltas sin parar al límite del colapso coronario. Este parece que será el último año en que se abonen los 3 millones de euros por noche por cada partido de la selección y la Champions, a 2 euros la tacada por encuentro, vuelve a estar cuestionada. La producción de series se mantiene (el único filón de audiencia y exportación que merece la pena para RTVE), pero los cambios en la programación no han venido a mejorar el interés por la cadena pública. El vespertino de Anne Igartiburu, + Gente, no pasa del 6% y La mañana pasa desapercibida con un 10% y Los desayunos sin Ana Pastor se quedan sobre el 12%. Los programas de reportajes o el cine que suelen poblar la noche están sobre el 10%. La única buena noticia que ha tenido La 1 en el presente curso es la serie estelar Isabel, producida por Diagonal TV, que merecería ser renovada pese a su alto coste. Las ficciones propias que quedaron en la recámara durante el primer semestre pueden venir a alegrar las cifras de seguidores de una cadena que sólo mantiene un filón seguro de interés: Amar en tiempos revueltos, por encima del 20%, y que por motivos presupuestarios se canceló y concluirá en diciembre para pasar a Antena 3. Para terminar de estropearlo todo en este año, el desembolso de los Juegos Olímpicos por más de 70 millones de euros (un compromiso que pertenece a unos tiempos que parecen ahora que nunca existieron), ha sido una losa para que la corporación aumente su esclerosis.

González-Echenique, con cifras de déficit y una plantilla de 6.400 trabajadores, niega que esté planificando un ERE de más de un millar de empleados como destapó CCOO. Si se mantiene el paisaje no parece que a medio plazo haya otra escapatoria para esta cadena pública de 56 años. El grupo RTVE anotó en septiembre un 17,8% de cuota de audiencia (con Clan, 2,8%, La 2, 2,3%; y Teledeporte y 24 Horas por debajo del 1%), frente al 28,8% de los canales de Mediaset y el 26,5% de los de Antena 3 (con La Sexta recién adquirida). La radio pública no pinta mejor para el EGM.

Las cifras que vienen además a empañar aún más el prestigio de RTVE son las de seguidores de sus informativos. Los cambios en la sección más estratégica de la casa vienen arrojando un lento pero progresivo descenso de seguidores. Este octubre puede terminar confirmando la ventaja de los informativos de Telecinco sobre los de La 1 que en septiembre sólo cedieron por una décima de cuota la edición nocturna frente al noticiario de Piqueras. El Telediario 1 con la, evidentemente, incombustible Ana Blanco mantiene su ventaja, pero el Telediario 2, con Marcos López y Marta Jaumandreu, va a verse superado antes de final de año. El último liderazgo de TVE tiene los meses contados. Por ahora la mejor medida que ha encontrado la partidista dirección de Julio Somoano es convertir en independientes los 5 primeros minutos de los telediarios para que los audímetros mejoren las cifras de media del resto. Trampas de niños.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios