Las calles parecen diferentes. Hay obras y construcciones que, tras estar paralizadas durante años, recuperan la actividad poco a poco y logran que la fachada que envuelve los límites de más de una avenida cambie conforme pasan los días. Eso es bueno. Al menos anima porque genera empleo y porque además mejora la imagen de lugares que antes podían parecer abandonados, descuidados y hasta deshabitados.

A lo largo de las últimas semanas, edificios emblemáticos o históricos se han hecho presentes en la vía, las grúas elevan sus cargas y conforme trabajan, contribuyen, incluso sin pretenderlo, a que esa sensación de desarrollo progrese más allá del centro de la ciudad.

Huelva avanza, remodela su imagen a través de un cambio de fachada que hace más real ese acercamiento tan deseado de Huelva hacia su Ría. Y se hace, o al menos así lo espero, con los tintes modernos que ya se intuyen en la renovación que también se acomete en el Muelle de Levante, eje central para la integración definitiva de todo el frontal marítimo en el urbanismo de la capital y pieza clave para que la fachada marítima de Huelva se extienda desde el Monumento a Colón hasta el Puente Sifón, con especial protagonismo de la Ciudad del marisco y la nueva lonja pesquera, que ya muestran esa interacción del Puerto con la capital y el cambio de un pasado más industrial a un presente más abierto a los onubenses.

Muy cerca, sigue los pasos la reforma de la zona comercial que se extiende al final del Molino de la Vega, justo antes de la salida natural hacia Punta Umbría. Como se detalla en las páginas del periódico de hoy, el proyecto es otro ejemplo de esa transformación que dibuja la primera estampa que se tiene de la ciudad al llegar desde la Costa más occidental.

Huelva se mueve y como si estuviera acompasada por la batuta de un maestro, logra una armonía que suena a matices definitivos en el acercamiento de Huelva a su frente fluvial.

Bienvenida sea toda esta actividad, sobre todo después de un verano que ha sido largo y un inicio de curso diferente, incluso raro, porque parecía que llegaba con pereza, con la maquinaria a medio gas y sin engrasar. Pero ya estamos a mediados de octubre y hasta el tiempo nos dice que algo está cambiando.

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