Paso firme

Ana Vives Casas

anvives@huelvainformacion.es

¿A nadie le importa?

El reloj avanza y como ya viene sucediendo cada principio de mes desde hace más tiempo del que quisiéramos, los analistas baten récords de cálculo para tratar de suavizar las cifras coyunturales que arrojan las estadísticas del paro. Empleos perdidos, altas en las seguridad social, cambios de modalidad de contrato, cualquier argumento es válido para descifrar (¿maquillar?) y dejar listas para cualquier aparición pública los datos del paro. Todo, con tal de que podamos priorizar lo que mejor suena, solo es cuestión de estudiar el titular y elegir el que mejor resultado nos dará. Es lo que debe pensar más de un político antes de salir a emitir ese comunicado que ya parece obligado aunque no aporte prácticamente nada. Aunque ahora no importa, las vacunas nos tienen entretenidos.

La pandemia se alarga, la vacuna no está siendo rápida y las restricciones se suceden. La Semana Santa se ha perdido y hay miedo a que el verano lo haga también. La realidad es implacable y cuando una se mueve por la calle, en la oficina, el supermercado, entre amigos, familia y conocidos, el desempleo y la desesperanza proliferan.

Es normal. No hay que irse a cifras macroeconómicas. Basta con mirar al lado. Todos conocemos comercios, pequeños negocios que cierran la persiana porque no aguantan más. El camino ha sido muy duro, el precio muy alto y aún así, siguen sin hacer ruido.

Las empresas han tenido que mandar a buena parte de su plantilla a un ERTE, una regulación que asume el gobierno y da un respiro al parón de actividad (e ingresos) que nadie puede evitar, pero tampoco nadie habla de los impuestos y los gastos que están empezando a ahogar muchos negocios porque sin ingresos la caja lo único que hace es retumbar. Pero es que además (y ahí viene lo que más me preocupa a mí) no parece que se esté teniendo muy en cuenta el perfil de estos semi-parados, la mayoría en una línea temporal muy complicada para su recolocación cuando acabe esta crisis. Bien porque habrán superado la cincuentena, bien porque el mercado de trabajo y sus vertiginosos cambios hayan pasado por encima.

La pandemia mata, la falta de vacunas también, pero la penuria a la que podemos llegar por la insuficiencia de alimentos puede ser en un futuro no muy lejano lo que deje KO a nuestras familias. Pero de esto nadie habla. ¿No nos preocupa?

No nos relajemos con las medidas de prevención. Adelantémonos especialmente a los ERTE en el sector servicios y la huella que van a dejar en un ámbito productivo que acapara un tercio de nuestra actividad. Y vayamos pensando en un cambio de actitud.

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