Huelva

Isabel Arcos Dabrio, empresaria

Isabel Arcos Dabrio, empresaria

Isabel Arcos Dabrio, empresaria

Hace varios años fui invitado por el Club Rotary de Huelva a una comida en el Hotel Luz. Se trataba de un almuerzo que semanalmente celebran los miembros de este club y ese día fui invitado para hablarles sobre la Topografía y la Cartografía, sus estudios y salidas profesionales. La presidenta era una señora, lo cual me llamó la atención entre tanto hombre. Recuerdo que en aquella mesa estaban Manuel Palacio, Romero Palomar, Pepe Bacedoni, José Luis Martín Cano y otros que no recuerdo en este momento. Luego me enteré que cambiaban de presidente todos los años. Ella era Isabel Arcos, a quien yo conocía solo de verla en la prensa, ya que era una mujer empresaria muy conocida en Huelva y además yo era, y sigo siendo, muy amigo de su hijo Manuel Ángel Bracho, notable economista y auditor.

Isabel nació en Huelva el 16 de mayo de 1931, hija de Abelardo Arcos Arenas, que había nacido en Alcalá la Real, en la provincia de Jaén, aunque vivió en Granada toda su infancia y siendo muy joven se trasladó a nuestra ciudad para trabajar en un comercio.

A Abelardo le gustaba mucho este mundillo comercial y se le daba muy bien. Él sabía contabilidad y tenía arte para montar escaparates, por lo que decidió montar su propio negocio con un socio que le acompañó en sus primeros pasos. Así empezó su andadura por los senderos comerciales de Huelva. Y empezó en el mejor lugar que había, en el corazón de la ciudad, donde la Huelva bulliciosa de entonces latía durante todo el día: La Placeta.

Fue una mercería, donde además de botones y lanas, también introdujo perfumería, ropa interior y más tarde papelería. Pero Abelardo no solo vivía para el negocio, él era un hombre culto y muy amante del teatro. Le gustaba asistir frecuentemente al teatro situado en la calle del Puerto, donde tenía su sede la Agrupación Álvarez Quintero de la que formaba parte como actor y que todos los meses de noviembre representaba la célebre obra de Zorrilla Don Juan Tenorio.

Conoce a la que va a ser su mujer, María Dabrio Maestre, que era de Cartaya. Se casa en 1930 y pronto da luz a Isabel.

La vida de esta niña transcurre como la de cualquier otra de la ciudad. Va al Colegio Santo Ángel donde hace la Primera Comunión y luego pasa al colegio de la Madres Teresianas, donde adquiere una gran formación que le servirá para sus proyectos futuros. Mientras tanto los negocios de su padre van creciendo dado su espíritu emprendedor y monta, también en La Placeta, el supermercado Ecoprix, que durante muchos años da servicio al centro de Huelva. Después le siguen otros establecimientos: Arcos, Dearcos, Juvenil Arcos, Confecciones Varón, Nuevos Arcos, Librería Arcos, Quinta Avenida, Arcos Informática. Y también se establece en Punta Umbría y Ayamonte.

Llegó a tener más de 500 empleados y, dado el calibre de esta empresa, su hija Isabel no dejaba de prepararse para entrar a formar parte del engranaje comercial. Tanto es así que a los empleados que iban a entrar en la empresa se les daba un curso y entraban en prácticas, siendo ella la directora del departamento de personal.

Isabel se casa con Manuel Bracho, a quien yo conocía porque era militar, compañero y amigo de mi padre. Sus hijos, al hacerse mayores y terminar sus carreras, también empiezan a trabajar en la empresa.

En los años 70 se construye lo que va a ser el gran centro comercial de Huelva, el Centro Comercial Arcos, también en La Placeta, como no. Este comercio tenía también una buena cafetería donde se daban cita muchos onubenses. Además, la empresa constituye un centro médico donde había un doctor y un ATS mañana y tarde al servicio de todos los trabajadores.

Isabel participa en Huelva en todos los actos de la sociedad onubense. Pertenece a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, “el Señor de Huelva”. Es rociera desde su juventud y durante muchos años socia del Recreativo, asistiendo desde pequeña a los partidos que nuestro Recre disputaba en el Velódromo.

Sobre el año 1995 llegó el declive empresarial y hubo que cerrar algunos establecimientos hasta que al final no quedó ninguno. Todo el tejido empresarial que se había montado se vino abajo con gran pesar para empleados, propietarios y Huelva en general, que perdió toda una referencia.

Tanto su padre como sus hermanos, sobrinos, su tío, primos, ella y sus hijos contribuyeron al progreso socioeconómico de Huelva. Y por ello en el año 2006 la Junta de Andalucía le concedió la Medalla de Oro de Andalucía. También el Ayuntamiento de Huelva le concedió una distinción. Ella fue una de las fundadoras de la Federación Onubense de Empresarios (FOE). Además fue durante seis años presidenta de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, siendo la primera mujer presidenta de una Cámara de Comercio en España e Iberoamérica.

Hoy, pasados todos estos años de actividad frenética por y para la ciudad, mira la vida con nostalgia del tiempo vivido y el devenir de nuestra querida Huelva.

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