Anguita defiende pero no comparte el derecho catalán a la determinación

El ex líder de IU insta al "nacionalismo burgués" que impulsa la independencia a "explicar al pueblo qué conllevaría eso"

Julio Anguita, llegando ayer a la Facultad de Trabajo Social de la UHU, donde presentó su libro.
Julio Anguita, llegando ayer a la Facultad de Trabajo Social de la UHU, donde presentó su libro.

No está de acuerdo con que Cataluña se independice de España. Al menos no en los términos en los que propone la Generalitat que preside Artur Mas. El ex coordinador nacional de Izquierda Unida, Julio Anguita, recaló ayer en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Huelva para presentar el libro Conversaciones sobre la III República y realizar un análisis de la actualidad en cuyo epicentro se situó Cataluña.

A su entender, eso del derecho a decidir no es más que "una especie de moda para no causar miedo, propia de espíritus pobres". Hay, dice, que "tener el valor" de llamar a las cosas por su nombre. Y el problema que está en el centro del debate "es el del derecho a la libre determinación, que está contemplado en el pacto social de los derechos políticos aprobado por el Gobierno de España" en 1977, con la firma de Adolfo Suárez. Más adelante, recordó, "en las Naciones Unidas hubo un debate en torno a si eso se podía aplicar a los que tenían ya un estado propio, caso de España".

Anguita reconoce y defiende ese derecho, que es "preguntarle a los ciudadanos si están de acuerdo con que tengamos la capacidad de ser independientes o no. Eso así, por las claras". Aunque no está de acuerdo con la independencia, asegura que el "nacionalismo burgués" que la impulsa actualmente debe explicar a los ciudadanos "qué conllevaría eso: si significa que pueden vivir de manera independiente, en qué foros internacionales están, qué política económica va a haber". Y todo con "luz y taquígrafos, no como ahora".

En la misma línea, el líder izquierdista se detuvo en el polémico simposio España contra Cataluña: una mirada histórica que se celebra en aquella comunidad autónoma, una actividad que ha puesto en marcha, reiteró, "el nacionalismo burgués de Artur Mas, los herederos de Cambó, los de la buena burguesía catalana que pedía un trato especial similar a la independencia pero después pactaba con Madrid para que la Policía desarticulase el movimiento obrero".

En su opinión, el ideario independentista es "totalmente legítimo", pero el pueblo "no ha caído en qué va a ocurrir al día siguiente de la hipotética independencia", especialmente teniendo en cuenta que "el nacionalismo burgués habla de Cataluña como nación pero aplica la misma política que Mariano Rajoy", colocándose siempre "al lado de las políticas conservadoras, algo que habrá que decirle a los trabajadores catalanes".

Preguntado por si considera que el Ejecutivo central debe restar competencias a la Generalitat en atención al artículo 155 de la Constitución -que lo acredita para hacerlo si se atenta gravemente contra el interés general de España-, Julio Anguita expresó que "no estoy de acuerdo con la situación actual y creo en el derecho de libre determinación, por lo que lo que haga el Gobierno...", evidenciando que éste "maneja unos criterios o tiene a su alcance un artículo en la Constitución que está copiado de la ley orgánica de Franco: el octavo, donde dice que el ejército puede intervenir".

El debate sobre Cataluña, recuerda Anguita, siempre ha estado presente en la realidad española, por lo que "no nos rajemos las vestiduras". Todo esto, aclaró, surge "para tapar el drama fundamental: la base de este país, su gente".

Sobre la materia que centra su último libro, del que comparte autoría con la periodista Carmen Reina, el izquierdista aboga por una "república ibérica" que integre a España y Portugal y que estreche lazos con Iberoamérica. Plantea que nuestra nación se mantenga en la Unión Europea, pero que se salga de la Eurozona, ya que a su juicio "este país no tiene solución: salirse del euro es duro, quedarse es la muerte". Su propuesta pasa por un sistema en el que "los mercados estén a las órdenes de lo que diga la política, no al revés", con el pleno empleo, la economía social, la austeridad y la democracia real como bandera.

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