Festividad

La Candelaria brilla en el santuario

  • La Fiesta de la Luz se celebra un año más en El Conquero con la presencia de pequeños con sus familias que piden la bendición de la Patrona

Los niños subieron al altar de La Cinta.

Los niños subieron al altar de La Cinta. / Correa (Huelva)

Las hojas del calendario van cayendo pero no pasa lo mismo con las tradiciones arraigadas en el pueblo onubense. En pleno invierno, el pueblo de Huelva tiene una cita en la Fiesta de la Candelaria con su Patrona, la Virgen de la Cinta. La también llamada Fiesta de la Luz tiene su punto de encuentro en el santuario de la Cinta tal y como pasó en la tarde de este sábado.

La tradición ha vuelto a mostrar su vigor allá en El Conquero donde las familias choqueras llevan a sus pequeños ante la Madre de Dios para pedirle su protección y bendición, impulsadas por el inmenso amor de padres hacia sus retoños.Evocando lo que relatan los textos sagrados, hasta niños de pocos meses fueron presentados ayer ante el altar que preside la Patrona de la capital. Han pasado ya cuarenta días de la Navidad y ese es el plazo estipulado en el pueblo judío, para que los varones primogénitos fueran presentados ante el Señor. La bella Fiesta de la Candelaria evoca lo que vivió la Sagrada Familia que es ejemplo para todas las familias que quieren seguir Sus pasos.

La Candelaria, que tiene marcada fecha el 2 de febrero, ha coincidido además con sábado de manera que no ha habido que posponer la celebración al fin de semana como ocurre en otras ocasiones. La Virgen de la Cinta tuvo a bien recibir a los pequeños onubenses acompañados de padres y resto de familiares. Quizá sea la celebración más entrañable de cuantas se celebran en El Conquero por esa presencia infantil. Allí les esperaban los miembros de la gestora de la Hermandad de la Cinta y el rector del santuario Andrés Vázquez que sería el encargado de presidir la celebración eucarística.

Fue el momento en el que a los pequeños se les entregó la medalla de la Virgen y se les conminó a ser miembros de la hermandad que se encarga de dar mayor honor a la Patrona de la capital. Los pequeños recibieron la bendición en este sencillo y entrañable acto que intenta mantener la tradición y transmitir la fe de generación en generación.

Tras la celebración eucarística fue el momento de las fotografías con los familiares, para dejar constancia de una fecha y para recordarles que cuando llegue el momento, hagan lo mismo con sus hijos.

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