El santuario de la Cinta presentó una imagen inmejorable en la tarde de ayer. A pesar del grisáceo cielo que hubo en la capital además de algunas gotas de lluvia que cayeron durante la jornada, multitud de fieles llenaron el interior del Templo en el día en el que los niños, los más pequeños, eran presentados ante la Patrona de Huelva, la Virgen de la Cinta.

Una tradición que mantiene la fe y la ilusión de las familias onubenses cada año. Este hecho se veía reflejado en la sonrisas de aquellas personas que tenían un familiar sobre los pies de la Virgen. También hubo turistas y devotos que no quisieron perderse la misa especial que al finalizar mostraron su asombro por la belleza del momento en un marco incomparable. El protagonismo de los niños, el acto central de la tarde, llegó tras una misa que ofreció Andrés Vázquez Martínez, rector del santuario y capellán de la hermandad. Tras la liturgia, todos los niños que iban a ser presentados ante la Patrona subieron al presbiterio de la mano de sus padres o en los brazos de los mismos. Con dos o tres años o incluso meses recién cumplidos, los más pequeños recibieron una bendición especial ante la atenta mirada de los presentes. Muchos de ellos retrataron el bello momento con fotografías a través de sus teléfonos móviles. Padres, madres, abuelos y familiares se emocionaron en un acto de gran tradición que está abierto cada año para todos los niños y niñas que quieran participar.

El acto se celebra en estas fechas debido a que el 2 de febrero es el día de la Presentación del Señor, el pasaje bíblico en el que Jesús fue al Templo para aceptar toda la humanidad. Además, el mismo día se celebra la Purificación de la Virgen o fiesta de la Virgen de la Candelaria.

Tras la emotiva bendición especial de Vázquez Martínez a los niños, se rezó una Salve para cerrar un año más una de las tradiciones religiosas por excelencia en la capital onubense. Concluido el acto, llegaron las fotografías familiares que inmortalizaron el momento para la posteridad, con el altar de fondo como el mejor escenario posible. Era un día alegre, de ilusión, de gozo. Una imagen que a buen seguro las familias mostrarán a sus hijos el día de mañana con la alegría de poder explicarles que fueron presentados ante los pies de su Patrona, la Virgen de la Cinta.