Ciertamente cuenta pensar que en tiempos como los que vivimos y con tan escasas expectativas de mejora, nos encontremos con situaciones tan ridículas, además de reiterativas, como la protagonizada por esa especie de Válido de la Moncloa que ejerce Bolaños. Sí, sabemos que estamos a menos de un mes de importantes eventos electorales pero no los había el pasado año y el protocolo de los actos del 2 de mayo en la Comunidad de Madrid no importó mucho al señor ministro, cosa que este año ha repetido pretendiendo figurar donde solo deberían hacerlo los invitados y él no lo estaba.

También sabemos que la ruptura del protocolo establecido genera tensiones, luego se puede pensar en la pretensión - otros hablarán de provocación - protagonizar algo más allá de lo correspondiente a su persona en un acto para el que solo acudía de acompañante de la verdadera invitada, la Ministra de Defensa. Sin duda, también conocemos que cuando se trata de figurar o rentabilizar, propagandísiticamente, una situación no es el protocolo obstáculo alguno para los máximos dirigentes socialistas. Baste recordar actuaciones en recepciones en el Palacio de Oriente, en presencia del Rey o el más doméstico, pero no menos descortés, acceso al AVE por delante del Jefe del Estado, por parte del Presidente Sánchez.

Ello da para pensar que para léguenos políticos de máximo rango, no solo importan poco las formas sino que vale todo y más, si están cercanas unas elecciones. Y es que ello, en democracia, tiene su valor no solo ético sino, también, estético con lo que la conclusión, en mi opinión, es que no vale todo, sea en periodo de legislatura o en campaña - hoy día esto último es casi permanente - ni, por supuesto, la mentira o las medias verdades, por mucho que se confíe en la maquinaria propagandística propia. La gente, llegado un determinado momento, se cansa y comienza a ser difícil engañarla, ya lo advirtió Lincoln, y no acepta determinadas promesas repetitivas por incumplidas. ¿Alguien es capaz de decir con rotundidad y certeza, cuantas veces desde 2015 se han prometido viviendas sociales y el número de las mismas, aportando como aval ese cumplimiento las propiedades de la SAREB?

Como tampoco es creíble, por mucha pretensión de ecologismo progre, la política de agua propugnada en tiempos de sequía - esta se previene en tiempos de lluvias - más en un país de la aridez reconocida y combatida con políticas hidrológicas serias desde los celtíberos hasta Aznar y pasando por romanos, árabes…

En definitiva, lo que vale es gobernar para todos, las leyes cargadas de ideología generan desasosiego e incertidumbre, más todavía si se notan imposiciones de socios y coaligado porque el tiempo va colocando cada cosa en su sitio por mucho que se consiga La Paz asocial portando miembros del Gobierno la pancarta de los Sindicatos el 1 de mayo, los mismos que se desplazan a Francia en solidaridad con los de allí frente al Gobierno. Curiosos, ¿verdad? ¿A que no vale todo? Coherencia del primero al último, por favor.

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