Desde el Yes, we can pronunciado por Obama, su traducción al español: Sí, podemos, fue asumido por la extrema izquierda casi como un lema propio o la variante: "sí, se puede" ha adquirido un valor estimulante de masas y colectivos, desde el deporte a las reivindicaciones de todo tipo.

Pues bien, esto es lo que ha venido a decirnos el Presidente Moreno Bonilla a los andaluces y, por extensión, a toda España. Porque el cumplimento de la campaña electoral sobre la rebaja y/o la desaparición de algunos impuestos, no solo conlleva la confianza y fiabilidad en quien hace lo que prometió sino que ha encontrado una respuesta publicitaria insospechada por la reacción, casi histérica, del Gobierno y alguno de sus socios - especialmente, catalanes - vistas sus declaraciones ante algo a lo que no están acostumbrados y que, para mí, es un hecho insólito y trascendente, tal cual es, que de un tema fiscal, por fin la derecha ha plateado un debate necesario como es el cultural, el ideológico: liberalismo - socialismo y me parece que, de entrada además, ha puesto en evidencia las incoherencias gubernamentales y, sobre todo, del partido "sanchista".

Y es que el Presidente Andaluz, ha obligado a matizar las primeras reacciones: aceptar una recentralización de competencias fiscales, dice el ministro Escrivá, a lo que la portavocía del Consejo de Ministros rebaja la condición de opinión personal cosa inconcebible en un miembro del Gobierno que, como tal, le está vetado ese ejercicio en asuntos estatales en el ámbito público.

Luego, vienen los eufemismos. La "armonización" fiscal, naturalmente, nunca a la baja, dice la ministra Montero. Se ve que se le olvidan los privilegios forales existentes.

Como digo, no es la coherencia una virtud del "sanchismo", valga que recordemos la solución propuesta que incide como no, en el odio nuevamente. Impuesto nuevo a las grandes fortunas, cuando hace unos meses votaron en contra. O sea, niego propuestas de otros, aunque sean socios y luego, plagio: ZP: "Bajar impuestos es de izquierdas", eso quedó ya en el olvido, como parecen no saber estos adalides actuales del europeísmo, que, en lo referido al Patrimonio, somos los únicos en la UE que lo mantenemos.

Por tanto, hay que reconocer la decisión de Moreno Bonilla porque demuestra querer competir en igualdad con los demás para dejar de ser meros beneficiarios de la solidaridad estatal y, menos aún, una víctima del supremacismo de terceros.

Por eso, en tiempos inciertos y esto es lo que da valor a la decisión, los mensajes han de ser consecuentes, concretos, convincentes… sugerentes de estabilidad como invitación para invertir en nuestra tierra y generar empleo. Ahora, son nuestro esfuerzo y compromiso quien marcará el futuro y el acierto o no de este tipo de políticas. La verdad es que lo popular enseña: "ladran, luego cabalgamos" a la pretensión de superación os dice que todos juntos y unidos: "los andaluces, sí podemos".

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