Sabes qué es stalkear? No puedo evitar imaginarme a Fermín Trujillo de La que se avecina conjugando el verbo "Yo stalkeo, tú stalkeas, él stolkeara". A lo que seguidamente respondería con una cara de falsa seguridad: "sí, lo he dicho bien". Stalkear es vigilar o espiar a otros a través de las redes sociales. Vamos, básicamente el cotilleo de toda la vida pero aplicado en internet. Se podría decir que el stalker es la vieja del visillo de internet. Esa persona que está ahí tras la cortina mirando, observando, callada… Como sabes o te puedes llegar a imaginar, es una práctica muy habitual. Tanto que se está empezando a considerar normal. Pero, ¿esto es bueno? ¿Es sano? Hay matices. Pero puede llegar a ser más tóxico que los residuos que tenemos en nuestra querida Huelva.

Imaginemos diferentes situaciones: Empresa que va a hacer una nueva contratación. Los encargados del proceso de selección investigan la presencia digital de los candidatos y su actividad en redes sociales para comprobar sus comportamientos

. Chica aburrida una tarde de confinamiento. Mira por la ventana de su habitación y comprueba cómo en su barrio de repente el número de perros se ha multiplicado por tres. Indignada con el interesado y repentino amor hacia los animales que se ha despertado por su zona, decide abrir su Instagram para expresarlo, pero antes se pasa unos minutos viendo stories y fotos de sus amigos y conocidos. Y más minutos. Y más…

Chico y chica se acaban de conocer. Se atraen. Los dos se buscan en redes sociales, hacen un repaso de las fotos del otro. Se dan algunos likes y llevan a cabo el cortejo típico del siglo XXI.

Chica deja a chico. Chico no puede superarlo. Chica elimina a chico en sus distintos perfiles sociales y le pide por favor le deje en paz y le olvide. Chico se crea una cuenta falsa para continuar viendo y cotilleando a chica.

Todos estos casos podrían ser considerados como stalkeo. Pero, a ver, evidentemente hay diferencias importantes. Para empezar la traducción no nos hace sentir bien. Traducido del inglés, stalker es acosador(a). Dios mío, ¡todos deberíamos ir a la cárcel! No, claro que no. Hay que distinguir el inocente cotilleo de actitudes y actos que ya pueden ser considerados ciberacoso (y por tanto delito), como el último ejemplo de los cuatro que ponía anteriormente. Sin irnos a estos casos tan graves y que me recuerdan a la serie You de Netflix (me pasé la primera temporada insultando al protagonista y gritándole a ella "¿pero no te das cuenta?"), pensemos en los que hacemos un uso "normal" de las redes. Todos practicamos o hemos practicado el stalking. La pregunta es: ¿hasta qué punto es tóxico? Creo que el límite aquí está en la frecuencia con el que se realiza. Pero si ese seguimiento es continuo y sistemático, háztelo mirar porque pronto podrías protagonizar otra serie de Netflix. En cualquier caso, y para evitar que nos stalkeen, hagamos un uso responsable de internet. Las redes sociales tienen mecanismos de seguridad y privacidad para que nuestras cuentas, por ejemplo, no sean públicas. Te dejo hasta la semana que viene pensando en lo siguiente: ¿cuánto tiempo de nuestra vida dejamos ir viendo la vida de los demás?

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