Pues sí, con la inestimable colaboración de las redes sociales el nivel de cabreo en nuestro país aumenta en proporciones desmesuradas por día. Si tienen la tensión baja, no lo duden, entren en cualquier foro y verán qué subidón. Gracias a las altas capacidades intelectuales que suelen participar en ellos, supe (además de nuevos e intercambiados insultos) que el éxito de Vox reside en manifestar sin rodeos lo que realmente piensa (¿pero no hay otras razones además de la indiferencia a lo "políticamente correcto"?).

Cuando se magnifican las bellezas del pueblo natal, ignorando las de la ciudad vecina, sucede que no se mira al otro con una mentalidad abierta y así, evidentemente, no se ve nada más. Es muy fácil defender lo tuyo, a base de denigrar lo que otros defienden; pero que no nos engañen, ni presuman de ello porque no es valentía, ni siquiera se relaciona con fuertes convicciones. Sólo se trata de lo simple que resulta mirar solamente tu ombligo sin cuestionamiento alguno de tipo ético o moral.

¿Recuerdan a aquel ministro del Gobierno de Aznar, Mayor Oreja? Retirado de la política, ahora dedica su tiempo libre no a la lectura ni al dominó, ni siquiera a pasear a caballo por los prados, como los de Vox, sino a la defensa de los "valores y de la dignidad humana". Sería digno de homenaje si no fuese por esa tendencia, tan añeja y ultraconservadora, de considerar únicamente sus valores y su concepto de dignidad, como si no hubiera otras versiones. Denuncia Mayor, en un arranque de sabiduría, que lo peor que le está ocurriendo a la sociedad es que opta por lo cómodo y lo cómodo, desde su punto de vista, es lo que hacen los responsables políticos cuando salvaguardan los derechos con los que él y los suyos no comulgan (el aborto condicionado o la eutanasia justificada). No parece casualidad que después de años en silencio, sea ahora, cuando ondean las banderas nacionales, el momento elegido para difundir sus valores y convencernos de que solamente los suyos defienden la dignidad.

No nos engañemos. Lo cómodo, lo realmente cómodo, es cerrar oídos, ojos y corazón a los problemas que vive la gente. Lo cómodo es sacar pecho de mis creencias sin admitir ni respetar a las otras. Lo cómodo es no preocuparse por los que tienen problemas, que una desconoce. Lo cómodo es denunciar y atacar, sin escuchar. Lo cómodo es asegurar que se equivocan los otros. Lo inconcebible en una sociedad democrática es pensar que mi verdad es la Verdad única y absoluta.

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