VERANO de cambios, de movimientos en el partido, de quinielas y apuestas. Empieza fuerte el presidente del gobierno, que decide reorganizar al núcleo duro del partido socialista, incluyendo a Montero, como vicesecretaria general, y a Patxi López y a Pilar Alegría (tan calladita siempre), que serán portavoces en el Congreso (López) y en el partido (Alegría), respectivamente.

Momentazo para recordar esa popular sentencia que dice: “Cuando las barbas de tu enemigo veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Es decir, vayan preparándose que esto se mueve rápido, no vayan a olvidar empapar al siguiente, por si acaso. Abre el círculo reformador, y avanzado, la dimisión de Adriana Lastra, cese que deja bastante sorprendido al personal. Era difícil de imaginar que Lastra dimitiese (de lo que sea) ¿Qué ha podido pasar para que una mujer tan tozuda se adelante a la jugada y se quite de en medio, para dedicarse a su hijo, que nacerá en unos meses? Fácil. Lastra es una mujer que difícilmente cede ante sus ideas e imperturbable: le cuesta asumir con facilidad opiniones que sean ajenas a sus ideas: una mujer feminista y tozuda, donde las haya.

Reconozco que admiro a todas las personas que nunca se repliegan, que insisten en lo que sea, si piensan que lleva la razón, que no ceden cuando tiene claro a qué aspira. Personas que no se cortan y luchan hasta el final… Pienso en Adriana Lastra cuando describo a lo que he llamado “personas” y las contemplo desde el más puro sentido demócrata. Lo más llamativo es que nunca la he oído levantar la voz. Siempre tiene respuestas coherentes, porque siempre, sea como sea, obliga a escuchar…

Y aquí aparece, a modo de velo transparente, la duda de las dudas… Una mujer tan avanzada, terca, y segura de sus acciones… ¿Es posible que reniegue a lo que la naturaleza le otorga? Seguramente sí. Son decisiones que se responden más desde el corazón, que desde la cabeza. Y no, no es una cuestión de género, el querer optar por la crianza de su bebé. Lastra nos cede sus pasiones políticas y opta por el mejor regalo: su embarazo. Se despide reconociendo que la Vicesecretaria General del partido Socialista es “una de las responsabilidades más hermosas que existen”. En este contexto, de altas temperaturas, proceden unos días de relajación, de diversión y de satisfacción para las expectativas que llevamos, como si de una fiesta se tratase, a cuestas hasta septiembre. Nos veremos pronto, después de este agosto que, a simple vista, parece turbulento.

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