En estos días agosteños en los que se está suscitando, una vez más, el debate sobre los contenidos de los planes de estudio de la Ley Celaá, podemos comprobar algo de lo que no se habla más que en conversaciones entre amigos y sobre lo que la derecha, por complejos o, tal vez incultura, nunca entra a debatir. De ahí, la autoproclamada superioridad moral de la teórica "izquierda caviar". Me refiero a la controversia ideológica sobre el rumbo que estamos tomando desde la andadura presidencial de ZP -al parecer, no existió entre Aznar y Rajoy, según Montero- y que no es, ni más ni menos, que la imposición de la "corrección política" que, si hacemos un mínimo esfuerzo de profundización en documentarnos ideológicamente, nos lleva a concluir que es la herramienta para desmontaje de los valores tradicionales del modelo Occidental. Puede parecer demasiado lejano en el tiempo lo que voy a exponer, en lo teórico, pero es plenamente vigente hoy y lo dicho sobre el desarrollo de la Ley Educativa lo confirma.

La corrección política, pretende el destierro del debate abierto, sin censura, los individuos entran en la uniformidad y alcanzan el pensamiento único, otros le llaman "manada" y lo hacen considerando ilógica la defensa de lo tradicional, al negar la lógica por inseparable del contexto económico, social e histórico. Por tanto, parece la Teoría Crítica frente al desarrollismo industrial, sistemas económicos, políticos, culturales…

Para ello, junto a la corrección política, se empareja el marxismo cultural, con el mismo fin, la automatización del individuo, combatiendo la espiritualidad, la existencia de los bienes materiales y obviando el papel formativo y de unidad que es la familia. Para su ejecución, de nuevo Celaá, dominar la Cultura porque modifica las mentalidades y la visión política mediante el control del lenguaje -¿hay que poner ejemplos?- y de las ideas, infiltrándose en los canales institucionales, sobre todo, educación y medios, planteando "libertad y justicia" como elementos contrapuestos, según conveniencia coyuntural y superando las terminologías capitalismo y proletariado para exponer opresores y oprimidos, tampoco creo sea necesario poner ejemplos.

En definitiva, corrección política, control cultural, pensamiento único y negación, por ilógicos, los valores tradicionales, aún a costa -es la pretensión- del adoctrinamiento ideológico, mediocridad formativa, imposibilidad de pensamiento libre que interpretan como disminución de la justicia. Nada de lo dicho es original ni propio nuestro, son postulados de la Escuela de Frankfurt, nacida en la primera veintena del pasado siglo bajo el mecenazgo de "millonarios progres" ya entonces y de la que no han dejado de adaptarse grupos más o menos oportunistas y radicales, tal cual Foro de Sao Paulo, Grupo de Puebla… Nada nuevo bajo el sol en nuestra España de hoy con pretensiones de futuro.

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