Se oye: "Es una obra maravillosa", e inmediatamente se piensa en algún producto creado por artistas. Aunque también podría hacer alusión a las obras de caridad, las sociales, las de misericordia y hasta la Obra que el señor Escrivá de Balaguer fundó ya entrado el s. XX, el Opus Dei. Todas ellas provocan sentimientos positivos y bienintencionados… Sin embargo, ninguna de las anteriores recoge las características de las obras en la que yo pienso, tan cercanas, tan personalizadas, con singularidades que las hacen únicas y diferentes... Me refiero, como no podía ser de otra manera, a las que hacen los albañiles en cada una de las casas que tengo alrededor, para regocijo y satisfacción de sus respectivos propietarios.

No podrían adscribirse a alguna de las categorías citadas, pero sí reúnen alguna similitud con ellas. Son sociales, pues dan trabajo y promueven el emprendimiento, pero sobre todo son artísticas, por sus nuevos diseños, colores... Tienen un poder único, que pocas obras poseen: están capacitadas para quitar el sueño (de los vecinos, por supuesto), como si se tratase de una necesaria obra de misericordia que no permite relajarse ni bajar la guardia en ningún momento. Las obras de mis vecinos provocan pasiones y sentimientos que ni se sabían que existiesen. ¿Conocen muchas obras artísticas que acaparen la atención, de forma continuada, durante días o que te acompañen aún en los momentos de tranquilidad? ¿Imaginan como serán de prodigiosas que es lo primero en lo que se piensa solo abrir los ojos cada mañana?

Mi obra es ecléctica, pero, sobre todo, destaca por la música (según una investigación de la Complutense, es el arte que más emociones despierta). Cuenta con instrumentos con tonos agudos y rítmicos (es la radial, que empieza su trabajo de cortar losas, a las 07:55). También están los graves (la hormigonera, a las 08:15, aporta a la composición un tono bronco y profundo) y el camión, desde donde se maneja la grúa, domina la percusión como sólo haría Cooper, el percusionista de los Rolling. Por supuesto, cuenta con tenores y contratenores: los albañiles, que desde cien metros de distancia piden a gritos el material (deben hacerlo en alemán como el famoso Kauffman, porque no hay manera de descifrar lo que dicen).

En fin, que finalizando julio, sólo me queda despedirme hasta septiembre, pero no antes de aconsejarles que antes de elegir su lugar de vacaciones, comprueben que no haya obra alguna en los alrededores. ¡Feliz agosto!

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