Auna semana de las elecciones, los vendedores de sueños se están empleando a fondo a fin de conseguir que el producto que ofrecen (hay quien lo llama programa electoral) sea comprado por la mayoría. Como en cualquier sorteo, algunos participan con el de siempre (¿esperando lo prometido?). También los hay (menos) que, cansados de que nunca les toque, deciden mudar de aires y se arriesgan a una propuesta diferente con la esperanza de encontrar en ella aquello a lo que aspira. Estos mercaderes recorren España destacando, como no podía ser de otra manera, todo lo que alcanzaría si lo suyo saliese elegido. Como en cualquier mercado, en esta efervescencia de ofertas, por una parte, se exageran y magnifican las bondades del ofrecimiento para conseguir más convencidos; y, por otra, se intenta innovar para conseguir sorprender con algo distinto.

En este encuentro electoral parece lo más llamativo procurar fórmulas de gobierno llamativas por novedosas. Lo sorprendente es hacerlo sin riesgos, agrupando las estructuras de siempre de forma diferente; con las gestiones de siempre, llamando de forma manera a sus responsables y convencidos de innovar. En este sentido, el PP insiste en crear un Ministerio de la Familia para protegerlas y velar por sus intereses. Pero esta fórmula suscita interrogantes: ¿Qué hacer con las que no se sienten desamparadas? ¿Y con las que no tengan familia? Lo realmente difícil consiste en conseguir el disfrute de los que se sienten agredidos, de los eternamente cabreados, de los que ríen poco… Hoy por hoy, lo que más necesitan los españoles es echar fuera la crispación. Urge un Ministerio de Relajación que, si funcionara bien, ayudaría a todos y no haría falta ninguno más.

A través de las correspondientes secretarías generales, dicho Ministerio gestionaría lo laboral: atención a los parados, jubilados, salario mínimo… Se ocuparía de la educación precisa para una vida digna (acabaría con la violencia machista, la corrupción, con todo tipo de abusos…) y saludable (la Salud). Ineludible una Secretaría General del Ocio (el deporte, la cultura, el arte…), otra de Fuentes de Riqueza (agricultura y ganadería, minería, industria…) ¿Para qué tanto gasto en Ministros? Con direcciones generales que gestionen la atención debida para que el personal se relaje, todas las necesidades estarán cubiertas para todos, con o sin familia.

Ah! Y claro, el lunes 29, imprescindible unos cursitos de Risoterapia para vencedores y vencidos.

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