Paso firme

Ana Vives Casas

anvives@huelvainformacion.es

Mejor, con el ejemplo

Pues seguimos como hace un año. Poniendo excusas. Soltando lastre por un lado, para atarnos a una nueva rémora que nos impide avanzar. Y aún peor, nos echa por tierra cualquier argumentación. Amén del tiempo que perdemos. Hace un año utilizaba este mismo espacio para reivindicar un día real de la mujer. Sin ideologías, sin matices. Sin excusas. Sin cadenas, porque resulta paradójico querer soltar unas para engancharnos a otras. El 8 de marzo debe ser bandera de igualdad. Sostén para ese principio que (según su definición en la Real Academia) reconoce la "equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones".

No me cansaré de defender que aquí no hay siglas, ni tampoco adjetivos. Ni siquiera género, porque es una cuestión de todos, de hombres y mujeres.

El feminismo, que se define como el "principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre", tampoco tiene matices. Quien lo quiera adjetivar se aleja del valor que tiene que la defensa sea de todos. Y mientras tanto, y como esta semana se ha puesto una vez más de manifiesto, seguimos perdiendo el tiempo en discusiones absurdas que dejan al margen todo lo mucho que queda por hacer. Que ponen en primer plano debates ficticios en los que es muy fácil e incluso jugoso entrar (les confieso que he hecho el firme propósito de no hacerlo).

Hoy sigue habiendo prejuicios; algunos llegan de la mano de quienes se sienten amenazados por una igualdad que declaman pero en la que no creen.

Verán, yo no soy persona de dar consejos, porque creo que los mejores llegan del ejemplo y ahora me vienen a la cabeza mujeres anónimas que trabajan día a día por la igualdad, por la ruptura real de la brecha que hoy sigue marcando diferencias en la equiparación de oportunidades. Eso es apostar por la igualdad, lo demás llámenlo como quieran, pero es algo bien diferente.

En las páginas del periódico de hoy les acercamos esa realidad, en primera persona, a través de la experiencia de mujeres que trabajan en muy diversos ámbitos, desde la Justicia o la seguridad, a la investigación, pasando por el mundo de la empresa. Es cierto que en cuarenta años las cosas han cambiado (¡menos mal!) y que en profesiones que antes eran exclusivas para los jóvenes (sólo ellos) recién licenciados ahora se incluye a un nutrido grupo de mujeres en sus puestos. Es verdad, pero aún queda mucho por hacer y la educación es esencial para ello, como para tantas cosas en la vida. Porque sigue siendo muy difícil explicar que somos iguales a alguien que ha crecido creyendo que es superior, más fuerte y (lo peor) más competente. Todo sería más fácil y efectivo si desde pequeños nos enseñasen que somos iguales. La tarea empieza por ahí.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios