Mamá quiero ser youtuber

Las reproducciones con millones de visitas no son arte de magia, sino fruto de horas de trabajo y planificación

Este niño nos saca de pobres". He escuchado ese comentario en algunas gradas de campos de fútbol. Un padre mirando a su hijo de 10 años con orgullo e imaginándose medio en broma, medio en serio un futuro brillante para él capitaneando la selección, haciendo historia en los mundiales y bañándose en billetes de 500 euros. A pesar de esta introducción, no me voy a parar a hablar de esos padres. Estoy teniendo un buen día y no lo quiero estropear.

Hablaremos de esos chicos y chicas. Una nueva generación a la que la tecnología, internet y las redes le dan la capacidad de acceder a una ingente cantidad (para los de la Logse, "mucha cantidad", como diría Goyo Jiménez) de información, lo que ha traído un escenario completamente distinto al que teníamos hace solo unos años: ahora la gente consume el contenido que quiere, cuando y donde quiere. Yo no sé en tu casa, pero en la mía se veía en la tele lo que decidiera el señor de los mandos, también llamado mi padre.

Hecho que se justificaba con la frase cuando seas padre comerás huevo (perdón, papá). Pero bueno, ¿a dónde quiero ir a parar? A que tenemos ante nosotros una nueva generación cuyos ídolos no son siempre futbolistas sino youtubers, y creadores de contenido en general. El "mamá, quiero ser astronauta", "mamá, quiero ser modelo" o "mamá, quiero ser como Cristiano" ha dado paso al "mamá, quiero ser youtuber". Confesión que en muchos casos no se recibe con agrado. Y la explicación, sinceramente, la encuentro en el desconocimiento. Los creadores de contenido de cierto éxito, que en su mayoría utilizan como canal Youtube o Twitch, no son frikis que se graban y editan un vídeo en 2 minutos. Sí, es cierto, se podrían haber buscado un trabajo normal. Uno de 8 horas (con horas extra no cobradas), oficina, café, jefe tocapelotas (no os ofendáis, estoy hablando de un trabajo normal) y vacaciones de un mes. Estos youtubers crean vídeos que son vistos por millones. Y las reproducciones no se consiguen por arte de magia. Detrás hay horas de ingenio, creatividad, planificación y mucho trabajo. Hace unos años ni nos llegábamos a imaginar que hubiera gente que se fuera a ganar la vida retransmitiendo partidas de videojuegos, o contando las experiencias de sus viajes, o explicando sus secretos para dominar la técnica del countouring. Pero qué quieres que te diga, los futbolistas o estrellas del rock llenan estadios, y los creadores de contenido… También. Siempre se dice que se cobra en función a lo que se genera, ¿no? Pues ahora ve y busca las remuneraciones que obtienen estos profesionales no reconocidos por una parte de la población en suscripciones, publicidad y patrocinios. Y luego dile a tu hijo que le siga dando patadas al balón.

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