Ciertamente, cuesta escribir sobre esta cuestión en estos días donde los deseos de felicidad son una constante, pero la importancia y actualidad de la problemática decisión tomada sin audiencia de nadie más que los socios del Gobierno, ni un mínimo intento de diálogo, al no tener más objetivo que la imposición del criterio ideológico supremacista de un pretendido progresismo que plantea la eutanasia como un derecho incardinado en el Sistema Nacional de ¿Salud? - supongo que modificarán el nombre - antes que profundizar en los aspectos científicos, médicos, por supuesto, antropológicos que podrían llevar a una conclusión contraria, tal cual es, la evidencia de un fracaso antes que un derecho benefactor.

Pues bien, lo que fue un procedimiento opaco, se transforma en una explosión ultraideológica con su aprobación y sin pudor alguno, se convierte el hemiciclo en tribuna ultra y forofa, con un ponente saludando como si hubieran ganado la más alta de las competiciones deportivas. Tristemente, en este caso, además, la ponente "triunfadora" resulta que es sanitaria. Por cierto, "no habla, sino que riñe", lo que hace pensar en la pobreza y ventajismo de sus argumentos. Y habla de autonomía del paciente y sentimiento de ser una carga familiar pero obvia que la evidencia científica demuestra que al mitigar el dolor, objetivo básico, se minimizan esas sensaciones y como sanitaria que es y siguiendo con la opacidad, no se plantea ninguno de los demás criterios acompañantes de la autonomía, en estos casos limitada por la situación de gravedad clínica y anímica que impide el raciocinio lógico y libre - y no valora los principios de: no maleficencia, justicia y beneficencia, lo que unidos al afecto, la cercanía, el cariño… promueven bienestar al paciente.

Insisto en algo citado el otro día, señora ponente, ¿está seguro de que sus aplaudidores y, quizás, usted misma, saben diferenciar eutanasia de distanasia u ortotanasia? Tengo dudas suficientes porque sus perfiles ideológicos que es a lo que reducen este delicado tema no los lleva más allá de conseguir el fin, evitar el sufrimiento, que no justifica el medio, la eutanasia. así que sean honestos, sobre todo usted y no presuman de éxito porque saben que: voluntad vital anticipada, limitación del esfuerzo terapéutico, sedación paliativa… confluyen en los cuidados paliativos, verdadero elemento de actuación integral que mejora la calidad vital del afectado promoviendo una verdadera dignificación de la muerte y no el espejismo de la eutanasia rompedora de los criterios éticos universalmente reconocidos sanitariamente, dado el valor intrínseco del don de la vida, en sí misma, y no el criterio utilitarista que propone la eutanasia en contra de los verdaderos principios deontológicos.

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