Se ha usado, en Cádiz, el calificativo de concordia, para un homenaje, en memoria de José Maria Pemán, justificándolo como un canto a la tolerancia, con participación de autoridades autonómicas, escritores y presencia de la Real Academia Española. Un disfrazado desagravio por los innumerables y vandálicos gestos de retiradas de placas, rótulos y monumentos, llevados a cabo por la osadía de mentes carnavalescas.

El paso del tiempo cubre de tristes cenizas el recuerdo de un hombre que fue y sigue siendo figura de una etapa cultural andaluza, donde la poesia, las artes, la oratoria, el periodismo, el teatro y el pensamiento, fueron bases para el prestigió de una ciudad y el honor de toda una región auténticamente española.

Ocurre hoy que personajillos, carentes de talento y con ignorancia cultural extrema, quieren hacerse notar, al amparo de una falsa democracia, llena de colores, banderas e hipocresías.

Se han unido en este homenaje los nombres de Pemán y Alberti, lo que como buenos poetas que fueron es justo. En uno de mis libros, sobre vivencias gaditanas, recordaba el pensamiento literario del poeta, natural del Puerto de Santa Maria : Rafael Alberti.

Y señalaba cómo ése gaditano que conocía y bien a Pemán, ya que fueron alumnos en el Colegio de los jesuitas del Puerto, donde convivieron juntos en su juventud, dejó escrita unas frases que muchos no conocen. Decía Alberti : " Ya es hora de que dejen de atacar y regatearles méritos a Pemán que es poeta y de los buenos y que además como persona ha tenido la hombría y el valor

de mantenerse siempre, desde el principio, clara y firmemente a un mismo lado ideológico y no como otros tantos tornadizos que han ido yendo y viniendo de derecha a izquierda y de izquierda a derecha dando bandazos de conveniencia y oportunidad".

Fueron dos poetas, dos espíritus, que sintieron en sus corazones la belleza de las palabras y la música de los versos, aunque en sus mentes se mezclaran ideologías distintas. Siempre he separado lo político de los valores culturales y artísticos que cada uno puede libremente tener y expresar. No debe utilizarse la tolerancia y sus conceptos con índoles de doble fondo, para esquivar la claridad de los hechos.

La concordia es un quehacer justo y necesario para poner cimientos de paz. Nunca deben taparse con tibiezas de respeto y acercamiento, los homenajes a figuras grande de nuestra Literatura del siglo XX. Hacerlo, es de todo punto una mezquindad. Viví muchas horas al lado de Pemán y comprendí siempre el espejo de su alma andaluza.

Cuando hablamos de Huelva, siempre me decía. "Que suerte tenéis los onubenses de poder soñar con Platero, entre brisas colombinas y la fragancia de los rosales en la plaza de las Monjas".

Los poetas no mueren. Pemán sigue viviendo en un poema de sal, olas y brisas, en la eterna poesía del recuerdo, hecho rimas en nuestra vieja amistad.

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