La llegada de la primavera va poniendo muchas cosas en su sitio. Las lluvias pasadas alejaron un poco la falta de agua en los embalses que nos presagiaban un verano difícil para el consumo. Las flores llenaron de mil colores la estación y los ánimos se elevaron, para bien, recordándonos el dicho de que “la primavera la sangre altera”. Y es que este nuevo periodo del año es de vida y euforia, al compás de esos días más largos, ayudados por el cambio horario, y la alegría de las romerías llenas de devociones y poesías hechas cante y rezo.

Las aves ya están anidando, y mi cigüeña, Merchi, ya ha terminado su nuevo nido mercedario, recreándose en el horizonte de la ría y la marisma que sólo ella puede otear mejor que nadie.

Una nueva primavera para la ciudad con la nueva inquilina en la plaza del Bacalao, (me gusta recordar nombres antiguos para no perder las tradiciones) que se plantó en los albores de la estación, llenando de añoranza nuestros recuerdos en su antecesora que llegara a los ciento treinta y tantos años y que el vendaval Bernard se llevara en una muerte provocada.

Los días se van llenando de novedades urbanas para bien de la ciudad, y un renacer constante firma su sentencia de luz, en los vuelos de las golondrinas que ya han vuelto a sus nidos.

Y hablando de nidos, hemos vistos como ya se está repoblando toda la zona de las marismas del Odiel, con esas casitas hechas de maderas viejas, de tronco que varan en las orillas de la playa, y que bajo la atenta dirección del Delegado Territorial del Medio Ambiente, Pedro Yórquez Sancha, la Junta de Andalucía ofrece a las aves un lugar donde anidar en estos días en que su ciclo de vida les invita al emparejamiento.

El trabajo incesante y la entrega que Pedro Yórquez dedica a su tarea están consiguiendo traer nuevas esperanzas a este sector tan necesitado de ayuda.

La repoblación de aves y plantas en esta zona sur es un bien necesario de cara al futuro que hay que trabajar y mantener en un cuidado diario.

Una época en que los servicios de Jardinería del Ayuntamiento incrementan sus actividades, para que la ciudad sea más hermosa y acogedora, llena de colorido y fragancias.

Abril, con las puertas abiertas a la primavera, se convierte como en un pulmón para Huelva, donde el aire hecho brisa marinera y la luminosidad milagro blanquiazul en su cielo, para respirar esa nueva vida que cada año nos espera, cuando un tambor y una flauta ya hacen llegar a nuestros corazones el saludo hecho Salve a nuestras más queridas devociones marianas.

De norte a sur de la provincia, la primavera ya está montando sus altares romeros para volver a disfrutar de unas tradiciones que llevamos muy dentro de nosotros y que regamos cada día con esa agua de un manantial milagroso que es nuestro amor a una Virgen con mil nombres fundido en uno solo.

Dejemos sonreír a la primavera y que ella también anide en nuestros corazones.

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