Tiempos nuevos, partidos nuevos

Vivimos inmersos en un paradigma sociopolítico nuevo, caracterizado por la ruptura de las relaciones multilaterales y por la pérdida de confianza en la democracia, con el afloramiento de líderes rayanos en lo dictatorial y lo grotesco. Vivimos inmersos en un cambio de época, que asusta como todos los cambios, por las consecuencias y lo vertiginoso del mismo, pero que debería atraer e inspirar a toda persona que se dedique a la política. Sin embargo, hay poco que rascar. Este fin de semana hemos sido testigos en nuestro país del habitual alboroto bipartidista: mensajes injuriosos contra el adversario, promesas y un argumentario simplista; un “yo aún puedo y un yo más”, y me he preguntado, ¿ pero dónde se encuentra esta gente? Este tipo de partidos ¿puede afrontar retos tan formidables?

Estoy convencido de que mucho de este ruido es puro lavado de imagen, de lo contrario escuchar al PSOE prohibir a sus números ser “puteros”, perdón por el exceso, o robar, sería risible; pero ¿qué propuesta es esta?, ¿esto hay que escribirlo?

Es casi tan chistoso como escuchar en el bando del PP a oradores de triste pasado ofenderse por las corruptelas del otro, por lo mismo por lo que fueron desalojados de la Moncloa. ¡Esto no es de recibo!, en cuanto el olor a sangre por el desgaste del oponente aparece volvemos a la misma fotografía de los últimos veinticinco años.

No todos los políticos son iguales, ni todos los partidos tampoco, por supuesto.

Y la actividad política comprometida sigue siendo imprescindible para la humanidad. Pero dicho esto, necesitamos partidos políticos capaces de reinventarse, capaces de engendrar una política para los nuevos tiempos, y de recuperar la confianza de la gente. Partidos limpios, pero no como eslogan sino porque estén abiertos a la sociedad, donde elegir liderato no sea lo fundamental, sino la acción compartida fruto de la reflexión y del debate; partidos inquietos y deseosos de ser injertados por nuevas corrientes y movimientos, por nuevas ideas, sin miedo ni antesalas. Partidos nuevos para nuevos tiempos.