Después de una temporada más que difícil, veintitantos mil onubenses vieron el domingo salvarse a su Recre tras ganarle al San Fernando en un partido que no pasará a la historia precisamente por el fútbol desplegado. Al fin se ha logrado la salvación deportiva, con más sufrimiento del que podría parecer hace un mes, y ahora toca plantarle cara al verdadero problema al que se enfrenta el club: su salvación económica. La búsqueda de una salida que garantice su futuro.

La batalla de los despachos no se antoja menos complicada que la vivida en los terrenos de juego y al Ayuntamiento comienzan a acercársele peligrosamente las fechas remarcadas en rojo en el almanaque. La primera de ellas es la del 31 de mayo, día firmado por el propio Consistorio para ponerse al día con la nóminas de los trabajadores del club. El final de la prórroga que le ha garantizado la paz social durante el invierno que permitiese mirar solo al césped. El segundo día clave es el 30 de junio, jornada de cierre de temporada y de pago a los jugadores si no se quiere descender a los infiernos de la Tercera. Apenas 50 días de locura en lo que es necesario cerrar un acuerdo con la Seguridad Social, otro con Hacienda, sacar un pliego de venta en condiciones y encontrar a un comprador dispuesto a hacerse con el club.

La cosa está complicada. En la parte de las nóminas a la plantilla no deportiva no parece que haya mucho margen para lograr que alguien venga y ponga sobre la mesa la pasta necesaria. Y de todos es sabido que el alcalde se comprometió en su día a que la expropiación del club no le iba a costar un euro a las arcas municipales. Con las necesidades que pasan en la ciudad muchas familias sería bastante difícil explicar que del Consistorio sale dinero para cubrir unas necesidades por encima de otras.

Por otro lado, en la parte de Seguridad Social parece que hay acuerdo, pero en Hacienda existe el requerimiento de unos 7 millones de euros de un crédito que hay que pagar sí o sí si se quiere renegociar el abono del resto de la deuda. Aquí es donde por primera vez se hace necesaria la aparición de un nuevo propietario que garantice esos fondos a partir de los cuales levantar el embargo que pesa sobre el club y recuperar los miles de euros retenidos por el fisco. En este ámbito sería necesario sacar un pliego de venta a la mayor brevedad para que el proceso de transmisión del Recre se cerrase en un tiempo récord. Al parecer contactos con inversores se han mantenido ya en Huelva, Sevilla y Madrid e interés por el club hay. Otra cosa es en qué se traduce ese afecto.

Visto lo visto, todo un panorama. Gabriel Cruz va a tener que fajarse de lo lindo en estos 50 días para dar con una solución que satisfaga a todos y que garantice que los veintitantos mil que fueron el domingo pasado al Colombino lo hagan la próxima vez en busca de una alegría para variar. Toca mucha negociación y mano izquierda. Y, sobre todo, esperar que no venga nadie de fuera y la joda del todo.

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