Análisis

Vicente Quiroga

Académico de Número de la Academia Iberoamericana de La Rábida. Periodista

Pérez Galdós en el Cine (y II)

Continuamos recordando la larga lista de títulos que de la inmensa obra literaria de Benito Pérez Galdós, de quien este año se cumple el centenario de su muerte, fueron llevados al cine. Glosados ya los adaptados hasta los años 70 del pasado siglo, antes de iniciar esa década un título muy popular en la narrativa galdosiana. Fortunata y Jacinta (1887) tuvo su primera versión cinematográfica en 1969. Angelino Fons, uno de los realizadores más sobresalientes de esa época, adaptó y dirigió esta novela, en el Madrid de fines del XIX, sobre un triángulo amoroso donde costumbrismo y modernidad sin sofisticarse, componían un relato apasionante. Salían muy airosos de este trance interpretativo Emma Penella, Máximo Valverde, Liana Orfei y Bruno Corazzari con secundarios como el bailarín Antonio Gades y las prestigiosas Julia Gutiérrez Caba, Mª Luisa Ponte y Terele Pávez. Pero llegaría 1970 y se produciría todo un acontecimiento imprevisible. Todavía en el gobierno Franco, regresaba a España Luis Buñuel tras el escándalo de Viridiana, y, parece ser que a instancias del ministro Fraga Iribarne en una aparente muestra de “libertad”, para rodar Tristana, otra novela de Galdós publicada en 1892. En su libro de memorias Mi último suspiro, Buñuel escribe “aunque esta novela epistolar no sea de las mejores, me sentía atraído desde hacía tiempo por el personaje de Don Lope. Me atraía también la idea de trasladar la acción de Madrid a Toledo y rendir, así, homenaje a la ciudad tan querida”. Recordaba sus estancias y juergas allí con Salvador Dalí, Federico García Lorca, Pepín Bello, José Moreno Villa, Rafael Alberti… la famosa Orden de Toledo. Don Lope lo encarnaría Fernando Rey, actor-fetiche de Buñuel junto a Catherine Deneuve, que había expresado al director su deseo de interpretar a la protagonista a la que ya había dirigido en Belle de Jour (1967) y Franco Nero. Ni que decir tiene que el rodaje despertó una gran expectación mediática, en el que no faltó una de las frecuentes bromas de Buñuel, que probó la vanidad de Fernando Rey, como ya lo había hecho con su peculiar ironía con su guionista habitual entonces, Julio Alejandro.

Volvía a la pantalla en 1972 el tema de El abuelo, cuyos precedentes veíamos en el capítulo anterior, de nuevo con el título La duda, que ya utilizó en 1916 Domingo Ceret. La adaptación fue de Rafael Gil con un reparto encabezado por Fernando Rey, Analía Gadé, Rafael Alonso, Mabel Karr y Pilar Bardem. En 1972, Angelino Fons volvía a Galdós y afrontaba una nueva versión de Marianela a mayor gloria de Rocío Dúrcal, que era otra de esas figuras fulgurantes de la canción española proyectadas al cine para aprovechar su popularidad. Con la mayor corrección en el tratamiento del tema, logró un gran lucimiento un buen reparto: José Suárez, Julieta Serrano, Alfredo Mayo, Amparo Soler Leal y Lola Gaos. También lo fue el trío interpretativo, Ana Belén, Francisco Rabal e Ismael Merlo que para la versión de Tormento (1884), realizó Pedro Olea sobre los amoríos de un sacerdote que transcurren en el llamado Sexenio Democrático entre 1867 y 1868.

Otra nueva versión de Doña Perfecta, que ya había dirigido en México en 1950 Alejandro Galindo, la emprendió en 1977, César Fernández Ardavin, habitual en la adaptación de títulos clásicos de la literatura española. Tenía en el reparto nombres muy populares en aquel tiempo de nuestra cinematografía: José Luis López Vázquez, Julia Gutiérrez Caba, Victoria Abril, Emilio Gutiérrez Caba y Mirta Miller. Uno de los títulos más apreciados entre las novelas más leídas de Pérez Galdós, es Fortunata y Jacinta. De ahí que tras la versión dirigida por Angelino Fons en 1969, como ya vimos, Mario Camus decidiera realizar una réplica televisiva en 1980, que tuvo un gran éxito y que consiguió un notable predicamento a lo que también contribuyó notablemente la entidad de su largo reparto de actores y actrices, además de la encomiable realización del prestigioso director santanderino.

Y entre tan frecuentes revisiones de las novelas de Pérez Galdós llevadas al cine una vez más El abuelo, un clásico en su narrativa, conoció una nueva versión en 1998 que fue nominada como representante del cine español para los premios Oscar de Hollywood. Fue José Luis Garci su realizador y cuya cuidada puesta en escena se inscribía perfectamente en el estilo del director con su peculiar mirada al pasado que en esta ocasión encuentra argumentos muy favorables a su concepción cinematográfica, sobre todo cuando el tema había sido llevado otras veces a la pantalla. Para dar vida a sus personajes contó con Fernando Fernán Gómez, que encarnaba al abuelo protagonista, Rafel Alonso, Cayetana Guillén Cuervo, Agustín González, Cristina Cruz y Fernando Guillén.

Por tercera vez en 2018, Marianela (1878), que el propio autor incluía entre sus novelas de la Primera época, donde estaban también Doña Perfecta y Gloria, con el título Nela, se llevaba a la pantalla. Adaptada y dirigida en Sri Lanka por Bennett Rathnayake, el relato, una hermosa historia de amor, se enmarca en una plantación de té en Ceilán a principios del siglo XX. Una muestra más de la universalidad del autor y de la idoneidad de sus creaciones para convertirse en imágenes cinematográficas. Su ingente obra ofrece muchos más motivos de inspiración para los cineastas que quieran seguir intentándolo.

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