Salvó su vida. Y ayer llegó sereno –aunque la procesión siempre va por dentro– a la Audiencia Provincial. El subinspector jefe de la Policía Local de Punta Umbría, Antonio Garrido, apareció en los aledaños del espacio judicial acompañado de varios compañeros en torno a las 10:00. Sin hacer declaraciones pero con un gesto seguro, subió los peldaños que nadie quiere pisar en cualquier circunstancia, y menos cuando uno ha recibido cinco puñaladas que casi le impiden contarlo. El paso del subinspector fue firme tanto a la entrada como a la salida, donde tampoco hizo declaraciones, aunque ya puso sus sentimientos a través de las redes sociales la noche del jueves, día que le dieron el alta hospitalaria. Antonio Garrido señaló a través de su perfil en Facebook que lo único que desea es que a su agresor “se le aplique la justicia”.
En el mensaje difundido recordó que “tras el cobarde, traicionero y vil intento de matarme en medio de mi playa a las dos de la tarde, a cara descubierta y con ensañamiento, por una intervención y denuncia administrativa contra la venta ambulante no autorizada y debido a las tantas y tantas muestras de apoyo de tantísima gente y de tantos lugares diferentes, me gustaría decir que ya estoy en casa con el alta hospitalaria y a la espera de las diferentes revisiones y curas de los cinco navajazos que le dio tiempo a dar en tan poco tiempo”.
El agente quiso “agradecer a todos y cuantos han mandado mensajes de preocupación y ánimo y que no he podido contestar personalmente por razones obvias. A mi familia, a mis compañeros de mi Policía y de otras policías de toda España, Corporación municipal y su grupo de gobierno y vecinos de mi pueblo”, quiso darles las “gracias” y adelantó que “en breve estaré a vuestro servicio”. Por último quiso finalizar recordando que “a mi también se me ha puesto la carne de gallina cuando he visto el vídeo a cámara lenta. Tengo dos días de cumpleaños”.
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