El encuentro de una familia de Isla Cristina el mes pasado con un extraño humanoide en su jardín: "No sólo era miedo, sabíamos que no era de este mundo"

Huelva paranormal

Una hombre relata un encuentro inexplicable con un ser sucedido en la costa de Huelva el pasado 14 de junio, de madrugada, en su propio chalet

El taller encantado del artista de Huelva: sombras, susurros y un cráneo que cayó solo

Recreación del humanoide de Isla Cristina en junio de 2025.
Recreación del humanoide de Isla Cristina en junio de 2025. / JMGBautista
José Manuel García Bautista

Huelva, 20 de julio 2025 - 05:45

LA tranquilidad que suele envolver los chalets de la costa atlántica de Huelva fue interrumpida una madrugada de este pasado mes de junio. Una familia de Isla Cristina jamás olvidará lo que escucharon, vieron… y sintieron hace poco más de un mes, el 14 de junio, en el litoral occidental de la provincia de Huelva.

Eran aproximadamente la 01:05 cuando el silencio que envolvía el jardín se vio alterado de forma abrupta. Los padres, despertados por un sonido “tan seco como un golpe de campana metálica”, bajaron las escaleras alarmados.

No pudieron ver nada, solo oyeron un eco que rebotó en las paredes blancas y desapareció. “Fue algo muy extraño, un retumbar muy extraño”, apunta.

Los testigos relatan un fenómeno aún más desconcertante, sucedido a continuación: una especie de llama, una luz intensamente blanca, tan potente que iluminó el jardín por unos segundos, proyectó sombras “como si alguien estuviera justo fuera de su campo de visión”.

Un ser humanoide en su propio jardín

El padre nos cuenta su experiencia: “Vimos algo moverse. No era un animal ni tampoco un ser humano… era alto, delgado, con una cabeza grande. Sus movimientos eran lentos y mecánicos. No podíamos creer lo que nuestros ojos estaban viendo”, explica con aún con pavor.

El ser, según calcula el padre de familia, medía entre 1,8 y 2 metros, y presentaba una postura encorvada. Sus brazos se movían como extremidades articuladas, “los doblaba”.

Se detuvo unos instantes, les miró y desapareció en la oscuridad, por detrás de un macizo de plantas que tiene el jardín.

La sensación fue tal que todos en la familia permanecieron inmóviles durante unos minutos, paralizados por el miedo. El padre –el primero en ver el fenómeno– seguido de la madre y los dos hijos. “Nunca nos habíamos sentido así”, confiesa el padre.

“No era solo miedo; era como si nuestro cuerpo supiera que aquello no pertenecía a este mundo”, narra, transmitiendo esas sensaciones.

Después, nadie se atrevió a salir. Permanecieron las luces encendidas hasta el alba, sin llegar a hablar con nadie sobre ello, “no fuera que nos tomaran por locos”. Nadie estaba dispuesto a pasar por lo que ellos vivieron.

¿Qué pudo ser?

Varias líneas de investigación quedan abiertas, en busca de una explicación al suceso.

Como primera hipótesis, un fenómeno natural. “Un reflejo eléctrico (luz y sonido) provocado por un arco voltaico distorsionado”, me dice Manuel Morales, ingeniero, aunque esa noche, por ejemplo, no se registraron ese día tormentas eléctricas en la zona.

Una segunda hipótesis es la provocada por fauna desconocida. “Algún animal extraño”, o un ladrón que se metió en la casa, como me plantea mi amigo Javier Aradilla.

La explicación paranormal es la última en tratarse y es la que nos habla de “un ente de origen incierto, tal vez interdimensional o desconocido, un extraterrestre”, que me indica el investigador Rafael de Alba.

Un investigador local de fenómenos anómalos, José Luis García, me dice: “La sincronía entre ruido metálico, luz intensa y figura humanoide sugiere un fenómeno clásico de aparición, muy semejante a los relatos de abducción o contacto con no-humanos”.

¿Qué vendrá después?

La familia ha decidido pasar unos días fuera para superar el impacto de la experiencia. Lo cierto es que en esa madrugada de junio, un chalet de Isla Cristina dejó de ser solo un hogar. Para unos, se convirtió en el eje de un encuentro inexplicable. La noche del 14  de junio de 2025 Isla Cristina se vio marcada por esta experiencia que desafía la lógica. Entre el sonido metálico, la luz cegadora y la figura humana o humanoide y sirve para que se filtre la pregunta que se repite muchas veces: ¿qué fue aquello?

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