El ex director de Nortehispana se declara inocente y niega los abusos a seis empleadas

C.M.R., que se enfrenta a 97 años de cárcel, afirma en el juicio que mantuvo relaciones "consentidas" con tres de las víctimas

Primera sesión del plenario, con el único procesado en el banquillo de los acusados, ayer.
Primera sesión del plenario, con el único procesado en el banquillo de los acusados, ayer.
Raquel Rendón Huelva

24 de junio 2014 - 01:00

Primera jornada de la vista oral del caso Nortehispana, por el que se sentará hasta el viernes en el banquillo de los acusados el ex director de la aseguradora en Huelva, C.M.R., para el que la Fiscalía solicita una pena global de 97 años de cárcel, 190.000 euros en indemnizaciones y 28.800 euros en multas por los supuestos abusos que practicó sobre seis mujeres que trabajaban bajo su mando. En total, el Ministerio Público le atribuye la comisión de 18 delitos: seis de acoso sexual, cinco de agresión sexual continuada, uno de amenazas, otro de agresión sexual con penetración, uno de abusos sexuales continuados, dos de obstrucción a la justicia, uno contra la integridad moral y otro de revelación de secretos.

La sesión inicial -como ocurrirá con el resto del plenario- se vivió en la sala de vistas de la Sección Tercera de la Audiencia de Huelva a puerta cerrada, una medida que habían solicitado las partes y que el tribunal presidido por el magistrado José María Méndez Burguillo aprobó a primera hora de la mañana de ayer "para preservar la privacidad de las víctimas", indicaron las fuentes jurídicas consultadas por Huelva Información.

Con vestimenta formal -traje de chaqueta y corbata roja- se sentó en el banquillo el único procesado. La primera sesión del juicio se centró completamente en su declaración. C.M.R. quiso responder a las preguntas realizadas por todas las partes, incluidos los letrados que ejercen la acusación particular y la fiscal.

El resultado de sus respuestas, el predecible: se limitó a contestar que todos los hechos relatados por las víctimas son "inciertos" y a remarcar que es falso todo lo que se describe en los escritos de acusación. Las respuestas más extensas fueron para su abogado, aunque todas siguieron la misma línea, la de la exculpación. Llegado el momento, el acusado se declaró inocente de todos los cargos que se le imputan.

Las fuentes consultadas por este periódico sí precisaron que lo único que reconoció C.M.R. es que con tres de las seis víctimas había mantenido "relaciones consentidas", nunca por las vías de la fuerza o el acoso.

Una de las letradas de la acusación particular, Eugenia Jerez (quien representa a tres de las víctimas), indicó ayer a los periodistas antes del inicio de la sesión -en declaraciones que recoge la agencia Efe- que cuentan con "pruebas contundentes" para una sentencia favorable a sus clientes. "Estamos contentos, tenemos bastantes pruebas que avalan el pleito", indicó, además de resaltar que "los informes médico-forenses son demoledores" y descartan que haya "simulación".

Jerez recordó que el acusado llega al juicio con una condena firme por quebrantamiento de la medida cautelar impuesta tras la denuncia de los hechos y amenaza a una de las víctimas. Con respecto a la petición de condena, señaló que todas las acusaciones se han adherido a la de la Fiscalía.

La sesión de hoy será la más delicada. Serán las propias víctimas las que tendrán que narrar los hechos en primera persona. Una de las perjudicadas, la joven R.C., indicó ayer a Efe que sólo espera del juicio "que se haga justicia, y poder olvidar cuanto antes todo lo que pasó".

El miércoles la sala oirá a los testigos propuestos por las partes y el jueves se verán las pruebas periciales. La jornada del viernes servirá para la presentación de los informes y las conclusiones finales, indicaron las fuentes de este rotativo.

Las primeras denuncias de este caso se remontan a 2012. Desde 2010 hasta entonces el procesado se habría valido de su posición de superioridad para obligar a las trabajadoras a mantener relaciones sexuales contra su voluntad.

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