La Plataforma SosNatur se conforma de técnicos, profesionales, propietarios y empresas que sobreviven más que viven, y se ocupan de la gestión administrativa y los trabajos de mejoras forestales en el bosque andaluz. Aglutina a gran parte del sector y arriesgan y se preocupan en ayudar a los propietarios de terrenos forestales y agroganaderos solucionando la ingente carga administrativa que soportan en materia forestal por parte de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Elaboran y redactan los planes técnicos de incendios, de caza y de ordenación forestal, comunicaciones a la Administración , solicitud de permisos y visitas a las fincas con los funcionarios en materia forestal. Es tanta la legislación forestal que presiona al administrado, que llega un momento en el que el mismo no sabe a donde acudir. Por ejemplo, un desbroce en P.N. de la Sierra Norte de Sevilla tiene diferente condicionado técnico al que se ejecuta en el P.N. Picos de Aroche y Sierra de Aracena, o P.N. Sierra de Andújar o P.N. de los Alcornocales, y a su vez diferente al que se ejecuta fuera de estos espacios naturales, y para colmo, a su vez depende de la provincia en la que se encuentre el monte. Un galimatías enrevesado que provoca que propietarios separados por una carretera se tengan que atener a normas y trabas administrativas diferentes. Ni que decir tiene que a la hora de desarrollar la norma, al sector se le ningunee y sólo se le llama para “pasarle la mano por el lomo” en absurdas reuniones con la Consejería donde todo son buenas palabras y malos resultados. Hemos aprendido que con la Administración todo es susceptible de empeorar.
Todo se complica con la gestión de las ayudas europeas asignadas a los montes andaluces derivados del Presupuesto de Desarrollo Rural Europeo. En todas las convocatorias, el sector ha avisado a la Consejería del fracaso absoluto esperado y en todas, por desgracia, hemos acertado. Órdenes enrevesadas, con criterios técnicos de ejecución absurdos e inasumibles, plataformas que no funcionan, Administración que cambia a su antojo presupuestos y condicionados de forma caciquil y que sin atender a los técnicos involucrados en la tramitación, les hace requerimientos administrativos continuos e incomprensibles sobre cuestiones muchas veces ya resueltas. El resultado, abono de subvenciones a más de un año desde la presentación de la solicitud de pago, financiación para propietario y empresas inasumibles, y lo peor, muchísimas renuncias a la ejecución de las ayudas por parte de los beneficiarios ante la inseguridad creada. El resultado del último marco de ayudas comunitario pronto se verá , ni un sólo euro concedido de los catorce millones asignados para las ayudas para prevenir los incendios forestales, y no se espera que se llegue al 50%-60% del presupuesto de ayudas correspondiente a la mejora y mantenimiento de nuestros bosques. Lo esperado. Llueve sobre mojado.
Para finalizar, de los ciento seis millones de euros asignados en el anterior marco europeo 2014-2020 al bosque privado andaluz, lo reducen en el nuevo marco 2023-2027 a cincuenta y dos millones de euros y para colmo este importe paulatinamente lo van reduciendo en las distintas revisiones que se efectúan. Así en una reciente revisión de los fondos europeos ya aprobados para este marco, se confirma una nueva reducción de trece millones de euros, que la Consejería usará para pagar en 2026 los grandes retrasos que tiene en la gestión administrativa de las subvenciones forestales del antiguo marco. Esos mismos trece millones serán “tirados a la basura” en perjuicio del bosque andaluz y si no lo remedian, el presupuesto asignado para un marco de 7 años para todo el monte privado andaluz será de 25 millones de euros, una cuarta parte del periodo anterior, con lo que ello conlleva: parón en el empleo rural que ya estaba afianzándose, despoblamiento de zonas desfavorecidas, cierre de empresas y abandono de población joven por falta de expectativas. Luego queremos un monte limpio de maleza, sostenible, que no arda en verano y una población rural afianzada y con expectativas de futuro. Bla, bla, bla y más de lo mismo.