Pleamar de historia

31 de julio 2025 - 03:07

La llegada de agosto siempre amanece como una pleamar de Historia onubense. El amanecer en La Rábida en estas fechas es como una bandera de orgullo histórico, a la orilla de unos ríos que llevan eternamente en su corazón salado un sentido de evocaciones marineras inalterables en los años.

Huelva ya vive en lo más profundo de su corazón el eco de aquellos marineros, a los que yo siempre denomino como locos de siglos, que hicieron realidad la aventura más inconcebible, en una época que todavía asumía los miedos y la latente ignorancia de un largo Medievo.

Una nao y dos carabelas llenaban sus velas más que con la brisa ribereña con el impulso del corazón de un pueblo que se convirtió en alma de un Descubrimiento, añorado en la mente de un personaje de leyenda.

La Historia del hecho más universal en medio milenio iba a comenzar, cuando el campanil de un convento franciscano despedía a un sueño navegando ya por la barra de Saltés, y la campana palerma de San Jorge lloraba la ausencia de sus hijos arrastrados en la corriente de una ruta presentida, donde sólo la Cruz recostada en el velamen de las naves y la oración, plegaria de esperanza, brotaba de los labios curtidos de mar y viento, en la devoción a Santa María, que desde su altar conventual guiaba unas singladuras valientes y decididas.

La fecha del día tres de agosto marcó con fuego de amor y de gloria la grandeza de unos lugares andaluces que, a partir de aquel lejano mil cuatrocientos noventa y dos, se convertiría en una celebración única para nuestra provincia de Huelva, extendiendo sus alas al orgullo de toda una nación que sería símbolo de poder y de valor en todas sus tierras, donde no se ponía el sol.

Un día de primavera de 1880, un grupo de onubenses amantes de su Historia y en defensa del protagonismo del Hecho Descubridor, elevaron su voz ante el olvido propio y ajeno e hicieron nacer la Sociedad más antigua de España, dedicada al culto americanista e hispano. La Sociedad Colombina, que cuatro monarcas y una reina vienen amparando con su presidencia, suelta otra vez amarras para que el amanecer de este nuevo 3 de agosto el 2025 sea grande, de honor y de eterna gloria para un sentimiento auténticamente español, andaluz y onubense. Que así sea.

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