Últimos preparativos y mucha ilusión inundan el recinto ferial durante la mañana previa al comienzo de Las Colombinas

Las Fiestas Colombinas 2025 aún no han arrancado, pero en el recinto ferial este martes por la mañana ya se podía notar como latían con fuerza en el corazón de los feriantes y los onubenses las ganas por dar comienzo a la gran semana de Huelva. Desde primera hora, las calles del recinto se llenan de camiones, feriantes y demás trabajadores que ansían que caiga la tarde para que sus puestos, casetas y atracciones se inunden de las risas de los más pequeños de la ciudad junto a sus padres. Las Colombinas se preparan para celebrar este martes el Día del Niño y llenar de luces al recinto colombino con su tradicional prueba del alumbrado. Las pisadas en el albero delatan el trabajo de quienes se encargan de que todo esté listo para la semana grande y a los más curiosos, que se van acercando para explorar el recinto que esta noche recorrerán con más compañía, pero no con más ilusión.

El ambiente en la ciudad, aunque aún tranquilo, ofrecía un pequeño adelanto de cómo los onubenses se preparan para celebrar una fiesta que esperan durante los doce meses del año. La magia, la ilusión y el nerviosismo inundan las calles de una ciudad que se vuelca con sus fiestas y sus tradiciones. Es temprano y el sol aún se asoma tímidamente, pero en el recinto los feriantes ya llevan varias horas despiertos. En sus rostros hay sueño, pero también muchas ganas de levantar la chapa de los escaparates de sus puestos y la tela de los toldos que cubren sus casetas. Así, la celebración del Día del Niño es la antesala perfecta para que las calles del recinto se llenen de alegría, risas y mucho ambiente familiar antes de la inauguración oficial.

Muchos de los feriantes, que se pasan el año entero viajando con sus puestos a cuestas de un lado a otro, tienen claro que Huelva tiene algo especial y que las Fiestas Colombinas es una de sus ferias favoritas. Nuestras tradiciones, nuestra gastronomía, nuestras playas y la cercanía onubense les han robado el corazón a estos trabajadores. Muchos cuentan que se instalan en el recinto ferial con varios días de antelación para visitar la ciudad antes de que arranquen las fiestas. Javier Miguel, propietario del puesto de vinos Los dos maños, lleva prácticamente toda su vida instalando su bodega en Huelva. "Las Colombinas para nosotros es una parada obligatoria en nuestra ruta". Han visto crecer las fiestas de nuestra tierra y cuenta que "nos gusta venir una semana antes de que empiecen las fiestas para disfrutar de la ciudad, dar una vuelta por el centro e ir a la playa". Otro caso es el de Antonio Fernández Llamas, propietario del puesto Rocío II y uno de los feriantes que más años acumula haciendo feliz a los más pequeños de la ciudad con sus juguetes. Lleva trayendo su puesto hasta nuestra localidad desde hace cuatro generaciones y esta edición no iba a ser la excepción. "Este año no hemos ido a la feria de Mazagón porque coincidía con esta", expresa.

Entre las calles de las atracciones, se repiten una serie de pasos que se coordinan entre sí como si de una coreografía se tratase. Llaves inglesas que aprietan una vez más los hierros de las estructuras, mangueras que refrescan un albero que aún acumula pisadas de la edición anterior, revisiones de los cinturones de seguridad y comprobaciones eléctricas que hacen parpadear las luces que en apenas unas horas iluminarán miles de rostros cargados de ilusión.

La mañana de este martes es la antesala perfecta de una tormenta de carcajadas, gritos, música y churros que llegarán esta misma noche, pero ahora el alma de la feria pertenece a quienes la hacen posible, a quienes preparan todo con la misma ilusión de los niños que se acercarán a sus puestos más tarde. Las Colombinas aún no han comenzado oficialmente, pero tienen a quienes las sueñan desde hace varios meses con muchas ganas y que vivirán este día como si fuera el último.