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Ceuta B - AD Cartaya: perder en tierras norteafricanas es comenzar a condenarse

AD Cartaya en una sesión de entrenamiento.

AD Cartaya en una sesión de entrenamiento. / (AD Cartaya)

La reflexión es importante porque determina, si eres consciente de la realidad, de lo que estás haciendo mal y debes cambiar y de lo que estás haciendo bien y por lo tanto debes incidir en ello. La autocrítica, esa palabra que a veces nos cuesta aplicar, bien por orgullo o por ceguera o por falta de valentía para reconocer errores y por lo tanto poder aspirar a subsanarlos, es la que hay que tener en cuenta. Sobre todo porque tu situación es de agobio, sin llegar al dramatismo, pero enseñando un camino que se carga de espinas a no ser que apliques lo anteriormente expresado. Pónganle, por ejemplo, el Cartaya, penúltimo clasificado y que visita Ceuta, territorio comanche (entiendan bien esta expresión que luego viene el lío, y lo aplicamos por lo difícil que resulta ganar allí), con los locales jugándose exactamente lo mismo que los rojinegros.

El equipo de Juanma, de natural fogoso pero a ratos, no acaba de cerrar el círculo de los partidos porque a nivel individual le ocurre exactamente lo mismo. Tiene jugadores que deben ser determinantes y que aparecen un rato por los partidos. Esa falta de consistencia, en la suma-resta a nivel colectivo, está en claro déficit de prestaciones. Por eso es penúltimo, y nada es casualidad a estas alturas. De modo que el cambio de entrenador, varias jornadas después, no atisba mejora, es más, empora números del pasado reciente.

Además, al Cartaya le ha cambiado la vida en lo referente a dibujo y movimientos. Amaneció en medio de lo sugerente cuando Juanma accedió al banquillo, pero todo aquello se ha quedado en nada. Ahora, tiempo después, el equipo es previsible, tapable y plano. Los laterales están capados, los volantes son lineales y el centro del campo sigue huérfano de mando en plaza.

Así se presenta el Cartaya en Ceuta, en medio de la duda y con la soga más apretada de la cuenta. Si gana, comenzará por fin a ver luces de colores. Si pierde, entonces el panorama se oscurecerá sin capacidad para prever el efecto colateral en lo negativo que pueda tener la supuesta derrota. Pero ya adelantamos que en caso de palmar, el Cartaya tendrá complicada la subsistencia en la categoría. No hay término medio, es vivir o morir.

Para colmo, el equipo viaja sin Ponce. El futbolista, tras el partido ante el Ayamonte, comunicó al club que quería marcharse. Esgrime motivos personales y el Cartaya ha tenido la consideración de tenerle en cuenta. Es absurdo tener a un futbolista que no se encuentra bien en la plantilla porque eso, al final perjudica a todos.

Por ese motivo el entrenador tendrá que formatear el centro del campo. Y por ese motivo, es posible que Miguel Fernández, desaparecido en las últimas citas, vuelva a tener el protagonismo perdido. Hay otras dos opciones, Tavira y Gabarri. Pero teniendo en cuenta que el entrenador los ha diluido de forma fulminante, no se baraja su presencia en principio. Aunque en esto del fútbol, igual eres dios que demonio de un día para otro.

Franci Ruiz, el emblemático capitán rojinegro, ha venido a decir que el equipo se merece más de lo que ha tenido hasta el momento. Y es posible que lleve razón. Pero la realidad es bien distinta y a la hora de buscar excusas podíamos encontrar mil. Los partidos duran 90 minutos o más. Así que jugar un tiempo, determinados minutos, ser bueno en unas cosas pero en otras no, da como resultado, sobre todo la falta de consistencia, que tengas que apelar al merecimiento teórico. Seguramente piensen eso muchos equipos que están en una situación parecida a la del Cartaya.

A esta hora, a poco del inicio, es posible que el entrenador le esté dando vueltas al once. El Ceuta se va a liar la manta a la cabeza porque juega en casa y allí no especulan. Si el pensamiento o la previsión se cumple, entonces el Cartaya se mete en un dilema. Ha quedado demostrado que el equipo no ha sido parido para defender. Cada vez que ha tocado repliegue se ha estrellado. Juanma no es de natural descamisado. Por lo tanto a ver cómo es el comportamiento. El caso es que es un partido para valientes, para gente convencida, para agarrarlo por la pechera.

Marco Montaño, Pepe, Franci Ruiz, Paco Benítez, Novoa, Fernando Vargas, Miguel Fernández, Juanma Galán, Antonio Molina, Lolo y Diego Vargas sería el posible once, es decir, lo mismo de las últimas semanas. Cabe la posibilidad de que Manuel, uno de los enfadados, se posicione de volante, pero para ello habría que sacar del equipo titular a Fernando Vargas, pero no lo vemos.

Es el partido que puede marcar una vida. Rival directo, enemigo público número uno del Cartaya por la situación. No se pueden desperdiciar más oportunidades porque los de abajo lo han igualado todo. Y ya hay jugadores que dudan de todo.

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