Deportes

Cartaya y Ayamonte no se guardan nada y la cita se rompió desde el minuto uno

Jugada en el derbi entre el Cartaya y el Ayamonte.

Jugada en el derbi entre el Cartaya y el Ayamonte. / Manolo Camacho (Cartaya)

Los caminos del fútbol son inescrutables. Cuando parece que va a ocurrir una cosa pasa justamente la contraria. Teniendo en cuenta esa apreciación, el derbi que desempeñaron Cartaya y Ayamonte se multiplicó por diez en ese sentido. Nunca fue lo que parecía que iba a ser. De ahí el empate a uno final, aunque el resultado se llena de matices. Ya adelanto que el Ayamonte pensará que el resultado es justo y el Cartaya todo lo contrario. Así es la opinión libre y más cuando hablamos de un partido.

El Cartaya fue dueño del contenido durante 35 minutos de la primera parte. Se adelantó en el once de juego por medio de Fernando Vargas y tuvo dos más que se saldaron en el limbo. Apuntar que todo lo que está aconteciendo en el equipo de Juanma tiene que ver con el comportamiento de sus futbolistas, al menos algunos de ellos que deben definir y desequilibrar y todo lo dejan a medias. Hay futbolistas que no son capaces de completar un partido redondo. Y esa es la vida del colectivo, que no terminar de cerrar los círculos.

Los diez últimos minutos de la primera parte fue para el equipo de Limón, que tuvo el empate, también sin concreción. Por eso se mueve, al igual que el Cartaya, entre la vida y la muerte. Todo eso cogido en términos futbolísticos.

El inicio de la segunda parte comenzó con el camino que dejó la primera. El Cartaya estrelló un balón en el palo y el árbitro se comió un penalti, en la misma jugada, que hubiera ocasionado incluso la expulsión de Kike, que ya tenía tarjeta amarilla. Como a casi siempre, la acción murió en la orilla.

Con los cambios llegaron las revoluciones que faltaban. El Ayamonte no hallaba el camino y el Cartaya vivía expectante por agarrar una contra para encontrar la sentencia. Y la tuvo Manuel, al que frenó una intervención extraordinaria de Carlos Soler.

Ya metidos en el descuento, hubo gente en la grada que se miraban porque no hay vida en paz para el conjunto de Juanma, como intuyendo que algo más pasaría. Y pasó lo de casi siempre. Al Cartaya le lastima los errores sin sentido que comenten algunos de sus jugadores. Pero esta vez pasó con el que menos se esperaba. Paco Benítez, que salió a despejar de cabeza un saque de banda a la desesperada del Ayamonte, no llegó de Cabeza y sacó el puño para despejar como haría el portero más cualificado. EL chico se retiró llorando a moco tendido. Adri agarró el balón y batió a Montaño. Y fin de la historia.

Lo dijimos el día del Sevilla, hay errores que condenan un partido y un trabajo y hay errores que marcar el camino de una temporada entera. De momento lastimosamente, el Cartaya está definiendo el camino de su propia película de terror. Así, a este paso, se condenará él solo, sin necesidad de que los contrarios hagan nada.

Por lo que respecta al Ayamonte, está claro que salió más contento del partido que su oponente. No en vano, le regalaron un empate con el que ya nadie contaba. Eso lo dice todo.

Por cierto, independientemente del resultado y la afectación del mismo, fue un partidazo en toda la extensión de la palabra. De los de antes, añejo, con la grada llena. Y eso, además de seguir ilustrando la historia, ilustra al fútbol de Huelva. Así fue la cita, sin dobleces, sin paja ni cartón. ¡Viva el fútbol!

Cartaya: Marco, David Novoa, Paco Benítez, Ponce, Lolo, Juanma Galán (Miguel Fernández), Antonio Molina (Manuel), Fernando Vargas (Rubén Cabeza), Diego Vargas (Fran Palma), Pepe.

Ayamonte: Carlos Soler, Manu Picón (Adri García), Kike (Jose Rodríguez), David, Manu Torres (Zeballos), Yusef, Sebas (Josué), Ale Soler, Noah (Noah), Guisado, Andrés Pera.

Goles: 1-0 (11') Fernando Vargas; 1-1 (91') Adri García, de penalti.

Árbitro: Tejado Jiménez del colegio sevillano. Mostró cartulina amarilla por los visitantes a Kike, Noah y Yusef. Y por los locales a Ponce y Juanma Galán.

Incidencia: Estadio Luís Rodríguez Salvador. Unos 600 espectadores.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios