Sara Woods se define como alguien que ha encontrado "refugio en sus libros" y es precisamente eso lo que ofrece en su obra 'La filosofía del deseo', de la que destaca, a partir de los comentarios de sus lectores, su "moralidad"."Los personajes, aunque ninguno sea santo, se equivocan e incluso como lectores deseamos que tiren a la basura su ética y se lancen. ¿Dónde cae el punto de lo correcto y lo incorrecto?", ha trasladado en una nota de la editorial Círculo Rojo.

Según el sello de autoedición, "el lector va a encontrar, según las palabras de la autora, días lluviosos, niebla, el frío de otoño y la arquitectura de una universidad antigua que guarda secretos"."Leerán la historia de un padre y una hija, la idea volátil del amor que tuvieron un profesor divorciado que esconde un trauma y una mujer que tuvo que cambiarse el nombre e inventarse un pasado. Encontrarán dolor, pero también una caricia que intentará curarlos", ha añadido.

Así, se trata de una obra dirigida a "todo el que quiera desconectar de la realidad" y a "cualquiera que busque un día de otoño, una escapatoria a través de los problemas de los personajes y la fantasía de un amor. Cualquiera que sienta que la realidad no es suficiente".

La historia narra las vivencias de Ava, quien "guardaba un secreto, o eso intentaba, para dejar de pensar en un pasado que ya no tenía futuro"; así como la vida del profesor West, quien "simplemente intentaba volver a tomar las riendas de su vida tras firmar los papeles del divorcio"."¿Qué uniría a una futura astrónoma con un profesor de filosofía? El amor al arte. La decadencia humana, los restos que quedaban después del dolor, como Nerón cuando incendió toda Roma. El canto de los poetas a la luna, las constelaciones y los eclipses. ¿Qué diferenciaba a los humanos de los animales, al fin y al cabo? El poder apreciar el arte, ese anhelo latente por averiguar el sentido de la vida", expone en su sinopsis.

Sara Woods ha encontrado en los libros "su refugio". Con un estilo "melancólico y nostálgico, vive a través de libros y escribe fantasías ostentosas como una poeta del siglo pasado", según expone la firma editorial.

Cuando no se encuentra inmersa en su escritura, disfruta de su tiempo libre entre las páginas de otros autores "rodeada de sus fieles compañeros felinos". "Su amor por los gatos es tan profundo como su pasión por la literatura, y la atmósfera de su hogar está impregnada con la calidez de su amor por los libros y el aroma del café que prepara con un toque de rebeldía: fuerte y enérgico", explica Círculo Rojo.