Visita guiada al santuario de La Cinta

El cobijo de los marineros

  • La Hermandad de la Cinta ofrece una visita guiada gratuita por el Día de la Hispanidad 

  • Los participantes descubren las vinculaciones colombinas que existen en el santuario

Los participantes de la visita guiada por el santuario de La Cinta atienden las explicaciones sobre el altar.

Los participantes de la visita guiada por el santuario de La Cinta atienden las explicaciones sobre el altar. / Alberto Domínguez

Acercarse hasta el santuario de La Cinta es sinónimo de devoción perpetua, de culto, de promesas y de mar. De un vaivén de olas que han dibujado con el paso del tiempo el sabor marinero en cada uno de los detalles que encierran un entorno recargado de alusiones a la navegación. El santuario concentra una amplia vinculación colombina desde que Cristóbal Colón invocase a la Virgen de la Cinta ante una tempestad el 3 de marzo de 1493, cuando regresaba del Nuevo Mundo, según cuenta su diario de a bordo. Esta cuestión refleja que ya por entonces había una vinculación marinera con el santuario. Este hecho se certifica con la posterior visita de Cristóbal Colón hasta el santuario para dar gracias a la Virgen de la Cinta.

Este es el origen de las vinculaciones colombinas que existe donde habita la Patrona de Huelva y abogada de los marineros. La historia la conocieron de primera mano ayer varios onubenses que asistieron hasta el santuario donde la Hermandad de la Cinta realizó una visita guiada gratuita en el día de la festividad nacional, a cargo de su cronista Eduardo Sugrañes. Así, los participantes de esta experiencia cultural e histórica conocieron, entre otras cuestiones, la importancia que tuvo Francisco Martín de Olivares, un indiano que fue a México a hacer fortuna y que potenció el culto a la Virgen de la Cinta, además de la procesión, para la que se hizo la Virgen Chiquita.

La visita guiada arrancó fuera del patio del santuario, a los pies de la Cruz de los Ángeles, que antiguamente se encontraba en la Placeta y que con la reforma de la ciudad hace decenas de años se guardó en el olvido en un almacén municipal. En el suelo del patio del santuario se observan detalles marineros como la estrella de los vientos que se encuentra como punto central de este bello enclave realizado en 1955. Las estrellas son algunas de las alusiones que todavía permanecen en el interior del santuario, en concreto en el techo, aunque en tiempos pasados tuvieron una mayor importancia en la decoración del mismo. Uno de los detalles colombinos por excelencia es el famoso azulejo (1920), que se encuentra en el altar, donde se reproduce la invocación de Cristóbal Colón a la Virgen de la Cinta. La visita también sirvió para poner en valor la importancia que tuvo Huelva en la celebración del 12 de Octubre como fiesta nacional. Ya en 1916 se creó la Plaza Doce de Octubre, y en los años posteriores la ciudad reclamó a viva voz que la fecha fuese una festividad.

Momentos de la explicación del paso procesional. Momentos de la explicación del paso procesional.

Momentos de la explicación del paso procesional. / Alberto Domínguez

El paso de la Virgen, que es posterior a la Guerra Civil, también tiene detalles marineros en las maniguetas con mascarones de proa, los anclas y los flotadores. La visita también recorrió la sala capitular del santuario, donde hay numerosos recuerdos marineros, entre los que se encuentra una carabela de plata, regalo del Colegio Oficial de Farmacéuticos. El símbolo de la carabela también aparece grabada en el sagrario, con la Virgen arriba, “que nos da alas para seguir navegando”.

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