La presentación de los niños a la Virgen de la Cinta constituye siempre un momento de bastante alegría. La vida nueva que llena la ermita junto a los rostros felices de los padres, abuelos y familiares. Y también de la propia Hermandad de la Patrona de Huelva que ve en ello una continuidad histórica, de generaciones que se suceden y muestran su cercanía a la Virgen.
El de ayer constituyó uno de esos días de máxima alegría en la Cinta, quizás sea de los más importantes en el fondo por lo mucho que importa de vida que nace y en la que se ponen tantas ilusiones. Este año como todo está siendo distinto también lo fue la celebración del Día de la Candelaria, la Fiesta de la Luz, que se traslada siempre al fin de semana siguiente. De esta forma, para cumplir todos los requisitos de la restricciones que marcan la Pandemia de la Covid-19 se realizó durante toda la jornada, así se evitó la concentración de niños y familiares en una misma hora, siendos recibidos por el rector, Andrés Vázquez.
La presencia de los niños ante la Virgen de la Cinta es una costumbre en la devoción cintera de esta ciudad, de los padres que nada más que salen del hospital los niños les llevan ante la Virgen de la Cinta incluso antes de llegar a sus casas son recibidos en la casa de la Virgen de la Cinta. Momentos, sin duda, íntimos y emocionantes que más tarde tendrán esta visita del Día de la Candelaria en la que se convocan a todos los niños para acercarse hasta la Patrona de Huelva.
Suele ser muy gratificante, como así se pudo vivir, pues la mirada está en los que llegan, seguro que de ellos algún día saldrán quienes mantengan la devoción cintera más allá de lo íntimo y familiar para convertirse en gestores de la Hermandad de la Patrona, que supera los cinco siglos de vida, que se dice muy rápido pero que es un tiempo que ha visto a muchos cinteros.
Una jornada concluyó con la celebración de la Eucaristía ante la Virgen de la Cinta a la que asistió la junta de gobierno de la Hermandad de al Cinta.
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