Recreativo de Huelva

Diego de la Villa recibirá el tercer Premio Mackay que concede el Recreativo de Huelva

Diego de la Villa y José Antonio Sotomayor, en la sala de prensa del club.

Diego de la Villa y José Antonio Sotomayor, en la sala de prensa del club. / Recreativo de Huelva

El Recreativo de Huelva ha concedido el tercer Premio Mackay a su expresidente Diego de la Villa, que lo recibirá en un acto que tendrá lugar el 12 de diciembre. El primer galardón se le concedió al entrenador Marcelino García Toral y el segundo, a Minas de Riotinto como cuna del fútbol español.

José Antonio Sotomayor, presidente del Decano, resumió la etapa de Diego de la Villa, destacando que “en junio de 1999 se firma un convenio para la reconversión del club en Sociedad Anónima Deportiva (SAD); era algo obligatorio y se inicia una campaña para lograr un mínimo de accionistas, pero ni la primera ni la segunda ni la tercera convocatoria tuvieron el éxito esperado”.

Entre otras iniciativas “se saca un sello conmemorativo del Centenerio, la ONCE dedica un cupón al club, y al final del 99 Caparrós anuncia su marcha y se contrata a Alfonso del Barrio, que no tuvo mucha suerte y en enero de 2000 dimite y entra Peguero. En 2000 se crea Huelva Deporte, se constituye definitivamente la SAD que hoy nos contempla y Diego y su equipo con Juan Mora, Joaquín Maján, Juan José Domínguez y Rafael Blanco renuncian para dejar las manos libres a Huelva Deporte, que se hace con más del 90% de la nueva sociedad, y ahí termina el ciclo de Diego”.

Diego de la Villa dejó claro en primer lugar que el premio es para toda su directiva ya que “la labor en aquella época no es mía, yo lideraba el equipo pero lo teníamos estructurado con el área deportiva, jurídica y de representación, con gente muy fiable; la parte más difícil de mi trabajo fue asumir la deuda privada, una losa de más de 500 millones con bancos y acreedores. Teníamos bien delimitadas las funciones y al directiva funcionó en ese aspecto perfectamente y todos estábamos enterados de todo”.

El exmandatario albiazul recuerda que “casi todos los que estábamos en la directiva pensábamos y teníamos el convencimiento de que no éramos partidarios de la SAD y no estábamos dispuestos a continuar con nuestra gestión; quisimos terminarla como directiva elegida por los socios, y era nuestro compromiso con nosotros mismos y con las autoridades deportivas”, recuerda.

De la Villa echa la vista atrás: “Lo deportivo fue muy bien llevado por Rafael Blanco y Julio Peguero, viajaban por toda España. No queríamos fichar por recomendación de nadie, había que ver a los futbolistas, e incluso Rafael fue a Argentina a ver un jugador, porque los representantes te mandan un video y te ponen todo lo bueno, pero luego hay que verlo en el terreno, esa era la misión de Rafael y Peguero, viajaban con un bocadillo”.

La clave del éxito estuvo en que “era un trabajo en equipo, cada uno en su parcela. Lo que llevé personalmente fue la deuda privada, una losa… una vez que empezamos a funcionar y las entidades se convencieron que la directiva llevaba un camino en el que merecía la pena ayudar, todos colaboraron, incluso los bancos, eliminando parte de la deuda a cambio de publicidad. Con los particulares algunos incluso anularon la deuda a cambio de nada; hubo un movimiento de apoyo total a la directiva de aquel momento porque la gente estaba necesitada de eso”.

Otro hecho importante fue el nacimiento de la recremanía, destacando el protagonismo que tuvieron las peñas. “Todo el mundo en aquella época buscó fórmulas e iniciativas para que le club renaciera”, destaca.

Reitera que la creación de la SAD fue clave para su salida del club: “Creíamos que los clubes tenían que seguir siendo gestionados por directivas elegidas por socios, era la máxima por la cual nos movíamos”.

También habló sobre el Plan de Saneamiento del fútbol español: “El Recreativo estaba fuera de una manera penosa; cuando se llegó al paso casi definitivo de entrar en el Plan, había que cumplir unos plazos para pagar una cantidad y se incumplieron; las relaciones con la LFP (Liga de Fútbol Profesional) no existieron, pero logramos recomponer aquello gracias a Félix Pérez y un abogado que era el secretario de la LFP; nos recibió pero ya podéis imaginar cómo, pero se dieron cuenta que teníamos otra actitud. Estas negociaciones con la LFP avanzaron y se nos dijo que estaba autorizado un acuerdo del club con la LFP que era similar al Plan de Saneamiento pero desgraciadamente el presidente de la LFP no lo aceptó y se fue todo abajo”.

Volviendo al presente, afirmó que “este Premio Mackay se representa en mi persona pero es para todos los que estábamos en aquella época, que fue muy interesante y feliz porque los resultados fueron los que tenían que ser. Teníamos que habernos ido cuando se nos reconoce como SAD que fue en agosto del 99 y no nos fuimos porque el presidente de la Andaluza nos lo pidió, teníamos seis meses para seguir funcionando como sociedad deportiva y eso cumplía en enero del año siguiente; seguimos pero todos sabían que nosotros en enero dejaríamos de pertenecer y asumir responsabilidades en el club porque prácticamente ninguno nos sentíamos cómodos en la SAD, aunque luego alguno cambió su forma de pensar”.

El tema económico era una línea roja que nadie podía traspasar. “Había un criterio que todos teníamos que cumplir: económicamente sólo podíamos gastar lo que fuésemos capaces de pagar; cuando negociábamos con cualquier futbolistas había una cantidad de la cual no se pasaba”.

De la Villa se mostró feliz porque “me agrada muchísimo que este homenaje haya llegado a tiempo, mejor que no sea un premio póstumo y agradezco mucho que hayan corregido una deuda pendiente del Recreativo no sólo con mi persona, sino con la directiva de aquel momento. Los reconocimientos hay que hacerlos en vida y en esta ocasión el club ha llegado a tiempo”, concluye.

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