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La Palma abre el calendario festivo con el Romerito y la Cruz de la calle Sevilla

  • La procesión del santo madero, acompañado de la Banda Municipal y la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen, marca la jornada

  • Los piomperos viven una intensa semana de actos

Pocas tradiciones dibujan mejores lienzos costumbristas que las Cruces de Mayo en el Condado. Buena prueba de ello lo encontramos el pasado fin de semana en La Palma, donde la Santa Cruz de la calle Sevilla dibujó a sus ciudadanos una constelación de festejos y cultos que perpetúan las tradiciones más arraigadas, reflejo del capital etnológico del municipio.

El colofón tuvo lugar el domingo con la procesión del madero por las calles del pueblo, sembrando color y algarabía en un desfile que, no obstante, se desarrolla con toda la solemnidad de las grandes procesiones.

Tras algo más de dos horas de recorrido procesional, la Cruz regresa a su capilla

A las diez de la mañana el madero, acompañado por la Banda Municipal Nuestra Señora del Valle de La Palma y la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen de Salteras, fue trasladada desde su hermosa capilla a la parroquia de San Juan Bautista. En el emblemático templo se celebró la Función Principal de Instituto, que ofició el párroco José Silvestre y, durante la cual, la hermandad hizo pública la Protestación de Fe Católica.

Con el reloj marcando el mediodía y el sol presidiendo los cielos, el madero abandonó el suelo cristiano para darse un baño de masas en las calles. Un recorrido corto pero intenso que rememora la atemporalidad de una tradición en la que el mes de mayo transforma a un pueblo que se vistió con su mejor traje para la ocasión. A ella se suman las bandas de música anunciando el cariz especial de esta jornada dominical, en la que miles de fieles disfrutan de uno de los días grandes en el calendario festivo local.

Tras algo más de dos horas de recorrido procesional, el madero volvió a coronar su capilla. Al caer la noche, en ese mismo escenario, la fiesta continuaría con los bailes por sevillanas a los pies del templo. Más tarde se quemaría un toro de fuego infantil y, a la media noche, otro para los adultos como colofón de las fiestas.

Los piomperos, como así se conocen a los fieles de la cruz, han celebrado una intensa semana de cultos y festejos. El viernes vivieron uno de esos grandes momentos con la entrada de la Banda de Cornetas, Tambores y Escuadra de Gastadores de la Brigada de Paracaidistas de Paracuellos del Jarama. Recibidos por el alcalde, Manuel García Félix, y la corporación municipal, dieron un bello espectáculo tan característico de esta cruz. Junto a la prestigiosa Banda del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana, a las diez de la noche se desarrolló la particular ofrenda de flores a la Patrona, la Virgen del Valle.

A nivel estético otro de los acontecimientos más bellos es el particular Romerito, que tuvo lugar el sábado. Al contrario que en los pueblos del entorno, La Palma lo festeja por las calles del municipio. A éste le precedió la Diana Floreada a cargo de la Brigada de Paracaidistas. Posteriormente, a la seis y media de la tarde, tendría lugar la cita romera con la imponente belleza de las carrozas confeccionadas por Manuel Martínez Ligeros.

Abriendo el cortejo se encontraba Carmelo el Tamborilero, acompañado durante la jornada por la Banda Municipal de Música Nuestra Señora del Valle de La Palma, y la Banda Municipal de Música de Bollullos. Junto a ellos, charretes, carros y manolas y jinetes a caballos confeccionando estampas costumbristas aderezadas por los cantes por sevillana.

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