El Centro Cultural de Nerva, segunda sociedad más antigua de España, acoge hasta final de septiembre la colección de fotografías de la diseñadora zalameña María Domínguez que muestra las cicatrices del incendio registrado hace un año en la sierra onubense que terminó afectando a Zalamea la Real.

Infierno es el título de la exposición con la que Domínguez pretende concienciar a todo aquella persona que la visite sobre la importancia de cuidar el medio ambiente que nos rodea. “Aunque la naturaleza siempre termina renaciendo de sus propias cenizas, tenemos que tener muy presente el daño que nos hacemos a nosotros mismos si no respetamos el entorno donde vivimos”, subraya la autora.

Alrededor de una treintena de fotografías realizadas en los parajes asolados por las llamas componen esta exposición en las que Ana Martín y Sara Sánchez prestan su imagen para enfatizar el poder destructivo del ser humano y las consecuencias tan devastadoras que puede llegar a ocasionar en el medio ambiente, como la catástrofe ecológica originada en Almonaster que terminó por calcinar más de 12.000 hectáreas y que provocó el desalojo de cientos de vecinos en varias localidades de la Sierra y la Cuenca Minera.

Una de las fotografías que puede verse en la exposición.

Pero no todo es destrucción en esta exposición, la autora deja también un resquicio a la esperanza. “En los mismos escenarios arrasados por el fuego, la naturaleza vuelve a abrir paso un año después demostrando su capacidad de regenerarse tras cicatrizar la tierra”, remarca la fotógrafa.

Domínguez, diplomada por la Escuela de Bellas Artes de Sevilla y colaboradora de Jorge Morgan en su taller de pintura y escultura, fue la ganadora del último certamen de fotografía convocado por el Ayuntamiento de Zalamea la Real.

Tras la exitosa muestra pictórica de Antonio Carlos Millán, El color de mis raíces, con esta nueva exposición de fotografías, el Centro Cultural de Nerva pone el broche de oro a la programación de ocio y cultura diseñada para este verano marcada por las limitaciones propias de la pandemia de COVID-19.