Si hay una fecha escogida en el calendario festivo y religioso de Galaroza esa es la de La Bajada. Cada 16 de Julio, la peculiar imagen de la Virgen del Carmen que se venera en esta población serrana procesiona por las calles del pueblo para cumplir la tradición centenaria que inicia las fiestas en su honor. Se trata de una talla muy original, ya que se encuentra embarazada, lo cual provoca numerosas visitas de personas interesadas en contemplar algo novedoso en la iconografía religiosa.

Este año presenta la particularidad del cambio en la junta directiva de la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen, tras la salida de la anterior dirección, comandada por Félix González Muñiz, que ha dejado una huella imborrable por su buen hacer. La nueva junta gestora está presidida por Aurelio Fernández, que tiene encomendada la misión de convocar nuevas elecciones y continuar la buena marcha de una hermandad que ya ha cumplido 200 años.

El traslado desde la ermita del Carmen hasta la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción es el punto de partida de las celebraciones cachoneras. A partir de aquí se comienzan a vivir sensaciones especiales que constituyen la especial forma de devoción popular que se vive en la Sierra.

Se trata, en el caso cachonero, de una devoción singular, mezcla de religión, creencia, tradición cultural y sentimiento de pertenencia a una comunidad, que recorre cada una de las personas que vive La Bajada. Son muchos los que se acercan desde todos los pueblos de la comarca para asistir a la procesión. A ellos se unen los cachoneros emigrados, que retornan por unas horas a compartir experiencias ancestrales junto con familiares y amigos.

A la Virgen del Carmen de Galaroza se le tiene un afecto especial, se la considera como una madre. Por su morada habitual peregrinan a diario muchos cachoneros.