Hace ya un año. Cuando en el Condado se recogía la uva, culminaba el verano y La Palma soñaba con sus festejos anuales, un corazón, esencia de amor palmerino, nos dejaba un hondo dolor de ausencia en la amistad. Desde su ciudad entraba su alma en esa gran fiesta de la eternidad para quienes llenaron su corazón de amor a Dios. Después de unos meses, junto al mar, fallecía Manuel Marín Delgado.

La figura de Manuel Marín cobró gran dimensión en nuestra provincia por sus dotes de creación artística, su preparación cultural y su generosidad en la ayuda a tantos lugares onubenses donde engrandeció la fama y el conocimiento de nuestros pueblos onubenses. Educado en los Maristas, abogado de profesión, supo ofrecer su talento artístico poniendo en marcha diversas instituciones en Huelva.

El pasado verano se nos fue uno de los fundadores de la Fiesta de la Vendimia de La Palma del Condado. Un personaje popular para todos que levantó el pabellón y la fama de nuestra querido pueblo siempre en primera línea en el prestigio de sus bodegas, como corazones dormidos de la esencia de una industria secular.

Tuve la suerte de colaborar con él en muchas ocasiones y conocer su valía creativa y humana como en este caso con La Palma allá en el año 1961.

Fue al comenzar la década de los felices años sesenta. Yo veraneaba en Punta Umbría y cada mañana me desplazaba a Huelva para mis trabajos en la recién nacida Radio Popular de Huelva que habíamos fundado un equipo joven a propuesta del Obispo Cantero Cuadrado. Durante el recorrido fluvial a la capital, en las, recordadas canoas, me acompañaba a diario otro amigo compañero del Colegio Colón, de los Maristas. Se trataba de Manolo Díaz García, alcalde de La Palma del Condado, hombre inteligente, brillante y enamorado de su pueblo que me propuso la idea de buscar la persona adecuada para hacer unas fiestas populares, con fondo cultural, de ambiente festivo en honor a la Vendimia condal, para elevar la fama y el prestigio palmerino en todos los ambientes españoles.

Como no podía ser de otra forma le sugerí como director y creador de un gran espectáculo a Manolo Marín que estaba con nosotros como fundador también de la emisora diocesana onubense de la COPE. Música, poesía, discursos, y una coreografía instituida ya para siempre por Manolo Marín, nació para La Palma. Así creamos las famosas Fiestas. Su sombra cubre de cariño cada septiembre las fiestas mayores palmerinas.

En este año 2021, difícil, amenazado por la pandemia, el recuerdo nos hace vivir la alegría de una tradición que ya es signo de amor como una cepa en forma de cruz. Manolo, desde el cielo recibirá un año más el agradecimiento de La Palma del Condado. Nosotros, sus amigos que compartimos ideas, trabajos y alegrías para la Fiestas de la Vendimia, también elevamos una oración por su alma, y sentimos en lo más hondo del corazón su ausencia.

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