Algunos políticos nos han perdido el respeto. Hay muchas maneras, como todos sabemos, de perder esa virtud esencial en las relaciones humanas. Una de las maneras más frecuentes es cuando el irrespetuoso te toma por imbécil. Hasta ahí ha llegado, hace unos días, el gobernador del Banco de España. Este señor se ha descolgado diciendo que, hombre, entre los jubilados no todos merecen el mismo trato y atención, ya que los hay que tienen una casa en propiedad y los hay que viven de alquiler. Le faltó decir que a los que tienen vivienda les sobra con lo que cobran y que los otros lo tienen más difícil para llegar a fin de mes. La primera intención del caballero es dividir al colectivo de jubilados, espera el gobernador que los jubilados alquilados lo jaleen y digan sí, sí. De momento se ha quedado con las ganas. Vamos a decirle un par de cosas al Sr. Linde, que así se llama el antedicho. Señor gobernador del Banco de España, ¿piensa usted que estar 40 años doblando el lomo para ser propietario de 100 m2 es un privilegio? ¿Cree usted que tener un piso de 75 m2 y una pensión de 400 euros es como para tratar a su dueño como alguien a quien hay que recortarle sus ingresos? ¿En cuántos metros vive usted? ¿Cuánto gana? ¿Cuántos jubilados quiere usted que le presente con estos requisitos? No es demagogia, Sr. Linde, es la puñetera realidad. Ha perdido usted una preciosa ocasión de estar callado. ¿Cómo se puede ser tan insensible, tan osado, tan irrespetuoso con el sudor ajeno acumulado durante años y años de trabajo?

¡Ah! ¿Que no saben lo que hacer con las pensiones? Pues vaya y pregunte en los países donde no peligran porque llevan años haciéndolo bien. Vaya y pregunte a los que inventaron y mantienen este maldito Estado de las autonomías. Vaya y pregunte, por ejemplo, a los políticos catalanes y que le expliquen por qué deben setenta y siete mil millones de euros, cuando el presupuesto anual de la Generalidad es de poco más de treinta mil millones. Deben dos presupuestos. Es como si uno gana veinte mil euros al año y gasta cuarenta. Lo lleva claro. Vaya y pregunte en el País Vasco y Navarra y que le expliquen qué es eso de los fueros de los tiempos de María Castaña y por los cuales contribuyen a las cuentas generales con mucho menos de lo que debieran por su potencial económico. Vaya y pregunte en cualquier de los 17 virreinatos en los que está cuarteada España, todos con escandaleras fraudulentas a cuestas. Ha errado el disparo, Sr. Linde, ha apuntado a los pensionistas y ha acabado disparándose en el pie.

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