Estamos en unos omentos en los que las noticias, y lo que es peor, los escándalos, los errores… se suceden con tal velocidad que se superponen unos a otros, de manera que es muy difícil analizar las cuestiones y buscarles solución adecuada y si, además, somos partidarios de no tomar decisiones con inmediatez la conclusión es que los temas pasan al olvido y la conclusión es que los temas pasan al olvido y las soluciones al no llegar propician la repetición y reiteración de las actitudes y decisiones inadecuadas, antesala de la generación de momentos críticos.

Si a ello añadimos que el objetivo de los máximos dirigentes es pasar a la h8istoria a título individual antes que el bienestar de los dirigidos, tenemos el fracaso colectivo servido. Cuando se tiene un Presidente que habla continuamente en primera persona y nos viene a decir que pasará a la Historia como el exhumador de los restos de Franco, entre otras cosas, y acabó con ello, el capítulo oscuro sobre quien se levantó y destruyó el periodo luminoso que fue la II República. Pues bien. Me llama la atención el énfasis puesto en la crítica al Presidente por sus afanes historicistas - no debe haber caído que, a la Historia, también pasan los malos, desde Nerón o Calígula, hasta Hitler o Stalin - y, sin embargo, no entran en lo trascendente, tal cual es, la tergiversación premeditada de la II República que acabó enfrentando, dramáticamente, a los españoles. Porque lo que no dice Sánchez es que los muñidores de la renuncia de Alfonso XIII: Marañón; Ortega y Gasset; Pérez de Ayala… al final, tuvieron que irse algunos antes de la contienda civil para no acabar siendo víctimas de su propio proyecto. Como tampoco dice que Largo Caballero no aceptaba ese modelo republicano, por burgués, y que toleró como paso previo a su ansiada Dictadura del Proletariado. De ahí, su odio visceral a Manuel Azaña.

No seré yo quien discuta las sombras y oscuridades del franquismo porque como todos los de mi generación vivimos aquel periodo, cosa que el señor Sánchez solo conoce de oídas y si el rigor de sus fuentes es tan fiable como sus conceptos sobre la República, está claro que el futuro se nos presenta oscuro y tenebroso, máxime, cuando vemos su deriva ideológica. Por esto, también, se pasa a la Historia y por su colonización de las Instituciones democráticas, por sus pretendidas modificaciones, personalizadas, del Código Penal, en aras de sus interesas particulares… y tantas cosas más que los ciudadanos están padeciendo. Para qué seguir, pero me permitiré un solo apunte más. En su añorada República, lo más brillante y luminoso, no cabe duda, fue el oro del Banco de España que partió hacia Moscú, siendo su admirado Largo Caballero el Presidente de la II República. Si, esa a la que se refiere Azaña en sus Memorias cuando dice: "Franco, no se sublevó contra la República. Se sublevó contra la chusma que se apoderó de ella".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios