Visiones desde el Sur

Parafernalias

Algunos siguen enrocados en sucias políticas, alegando que el gobierno es ilegítimo y no arrimando el hombro

Mira que tenemos cosas en las que pensar los españoles con el constante acecho de la pandemia, ese espanto que le ha caído al mundo aún no sabemos de dónde ni por qué estrictas causas, y que los gobiernos van capeando tomando disímiles medidas acá y acullá, siempre acuciados, pobrecitos ellos, por interferencias que les llegan de sectores variopintos y que hace que el operativo de las posibles soluciones a nuestros males tenga más colores de los que hay en un parvulario, y que, incluso, y para rematar -porque se acerca al negro pozo en donde anida el asombro-, la unidad de acción se haya perdido por falta de consenso entre los dimes y diretes partidistas, cuando no, en extrañas especulaciones anegadas de lúgubres negocios que hacen hospitales en un par de días, no sabemos aún muy bien para qué, porque no tenemos ni médicos ni enfermeros ni quirófanos, o negociando con las vacunas o los posibles tratamientos, ítem más, atacando la sede informática de la Agencia Europea del Medicamento entre otras tragedias, esa que debe dar el visto bueno a las vacunas que supuestamente son necesarias para salvar a la humanidad.

Siempre he manifestado que la Política -con mayúscula, por favor- es necesaria para el buen gobierno de la res pública, y lo es más cuando, como ocurre con España, se vive en una democracia que nos permite elegir a nuestros representantes en las administraciones cada cierto tiempo.

Dicho esto, veamos. No voy a recordar el número de fallecidos en el año 2.020 por el Covid-19 ni tampoco los habidos por otras patologías graves que se han ido al pairo del olvido, sin la atención sanitaria necesaria, por saturación de los hospitales o una deficiente detección en los Centros de Primaria -por falta de facultativos-. Se supone que nuestros regidores lo saben.

Pues nada, ahí están muchos de ellos, enrocados en sus sucias políticas, alegando todavía que el gobierno es ilegítimo, no arrimando el hombro, poniendo zancadillas, e incluso, algunos, justificando e impulsando extraños movimientos militares o impidiendo la renovación del Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo, los altos cargos de la Magistratura, o impidiendo la existencia de políticas que palien el descalabro de empresarios y comerciantes, ayudando a los desempleados, o propiciando reformas fiscales de forma que quienes más tienen más paguen. Miren, señores congresistas y senadores, menos parafernalias y más hechos, cojones.

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