Javier Rodríguez

Los señores de la guerra II

06 de julio 2025 - 03:07

Me gustaría insistir en el mensaje que el pasado miércoles mi compañero de La Otra Orilla daba en su columna “Los Señores de la guerra”, no porque no lo dejara claro, si no porque es un mensaje que tendremos que repetir muchas veces, porque sigue pareciendo que los antimilitaristas somos unos ingenuos que no comprendemos las amenazas que se ciernen sobre nuestras cabezas cuando, realmente, los ingenuos son los que creen que invertir en armas resuelve las amenazas reales que se ciernen sobre nuestras cabezas: las que vienen de las consecuencias del cambio climático, de las brutales desigualdades que genera el capitalismo, de la esquilmación de los recursos naturales y la contaminación de agua, tierra y aire que genera la industria, de las pandemias a las que estas ya han empezado a condenarnos… y, precisamente, de la propia inversión en armamento.

La lógica de lo militar ha sobrevivido, a lo largo de la historia, a todos los regímenes y sistemas de gobierno: desde el Imperio Romano a las actuales democracias liberales, pasando por monarquías, estados feudales, regímenes comunistas, dictaduras fascistas... y, tal vez, va siendo hora de que nos planteemos que los ejércitos son un problema, que, por ejemplo, un debate sobre si el comunismo es mejor que el capitalismo, pierde fuerza en el momento en el que te están apuntando con un misil a la cabeza, que los ejércitos, a lo largo de la historia, han sido casi siempre un problema y rara vez una solución (exculpemos, si quieren, al ejército de la Revolución de los Claveles o ese cuerpo de bomberos al que llaman UME).

No podemos negar la evolución de la humanidad: ya no vivimos subyugados por un señor feudal, erradicamos la esclavitud, la democracia se ha extendido como forma de gobierno, disponemos de una marco de convivencia tan poderoso como la Declaración de Derechos Humanos y, aunque los fascistas se nieguen a reconocerlas e intenten dinamitarlas, las políticas de igualdad han beneficiado en las últimas décadas a mujeres, minorías, personas LGTBI+… Tal vez, el siguiente paso que nos debiéramos plantear es el de la erradicación de los ejércitos y de la lógica de lo militar que está tan presente en casi todas las esferas de nuestra vida. Porque, como remataba Dimas su artículo del miércoles: “sólo desde la paz se puede construir la justicia”.

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