La otra orilla

Miles de muertos en silencio

El equipo egoísta del sálvese quien pueda de Europa le gana por goleada al planeta solidario

Todas las precauciones fracasaron. A mediados de diciembre Europa comenzó a dar pasos hacia atrás similares al del primer confinamiento decretado en el primer trimestre del 2020. La tensión entre salud y economía se manifiesta hoy con más virulencia que durante la primera oleada.

Alemania amaneció confinada el miércoles 16 de diciembre. El país vivirá como las marmotas hasta el 10 de enero. Todos los comercios cerrados a excepción de los de alimentos, farmacias, droguerías. Las vacaciones escolares de fin de año se anticiparon y se prolongarán una semana adicional. De nuevo, quedarse en casa, repica como principal consigna estatal en medio de un aumento explosivo de infectados y muertos.

El toque de queda se ha convertido en regla corriente en la mayor parte de Europa Occidental. Francia ha impuesto el toque de queda a partir de las 20 horas hasta las 6 del día siguiente. Bélgica también lo incorporó. En los Países Bajos el confinamiento estricto durará cinco semanas. Italia dividió el país en zonas verde, naranja y roja. En la zona roja, todo está cerrado, a excepción de los comercios de primera necesidad. El toque de queda existe también en España, con diferencias de horario según las comunidades autónomas. Diez regiones de ellas aplicarán restricciones significativas de circulación a la entrada y salida de sus territorio. No se permitirán más de diez personas en las cenas navideñas.

Miles de muertos en silencio. El continente se relajó en verano y subestimó a un virus que no se toma vacaciones. Todo apunta a el peor invierno europeo desde después del fin de la Segunda Guerra mundial. El único horizonte medianamente optimista podría ser el dibujado por la vacuna, pero la crisis pandémica, lejos de estar resuelta, transita por Europa, en medio de múltiples debates que desvelan las contradicciones de su sociedad. Una de las principales: la primacía de la salud sobre los intereses económicos.

Y por el momento todo indica que el equipo del egoísta sálvese quien pueda - en este caso referido a la Europa auto centrada y con recursos- parece ganarle por goleada al equipo del planeta solidario, justo, y viable para todos. Ojalá lo impidamos. Nos jugamos la vida.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios