El amanecer onubense de hoy tiene tintes de Historia inmortal. Tiene aromas de un orgullo especial para quienes tuvimos la suerte de nacer a la orilla del Tinto y el Odiel. Tiene un hondo significado de protagonismo a veces olvidado de muchos y otras ignorado.

La Historia es un altar de emociones de vida en el desarrollo de la Humanidad. Y para nosotros la Historia nacida un 3 de agosto en el impulso marinero de nuestra provincia es, tiene que ser por encima de todo, el gran día en que este rincón andaluz, en su portal de Belén de América que es el Monasterio de Santa María de la Rábida, comenzó una singladura de heroísmo, arrojo y valentía, que por el mar tenebroso y por encima de las dudas y de los miedos de la época, llegaría al alumbramiento de unas nuevas tierras descubiertas para el reino de Castilla, donde se implantarían la cultura, la religión y la entrega de un pueblo para hacer nacer una nueva época a un continente que esperaba de por los siglos la llegada de un nuevo renacer.

Con nuestra mirada en la devoción franciscana a la Virgen de los Milagros y en el sentido histórico que nos llevó a unirnos con otras tierra allende los mares, queremos solidarizamos, como tantas veces lo hemos hecho, con la problemática y los aconteceres de muchas de aquellas repúblicas americanas, en este amanecer de hoy lleno de incógnitas, donde los vaivenes de crisis a veces insuperables de dictaduras que pisotean los derechos humanos y tienden a ahogar los caminos de la democracia, la existencia de una cultura relativizada por falta de medios y de ayudas, para volver a tender la mano a esos pueblos en sus dificultades sociales, políticas y económicas.

Y para todo ello continuamos con la esperanza hecha realidad de los trabajos continuados en los empeños de la Sede Iberoamericana de la UNIA, en nuestra querida y eficiente Universidad de Huelva, cuyo nacimiento tantas veces defendimos desde esta tribuna, y en las distintas academia nacidas en Huelva, en los últimos tiempos, herederos todos ellos con los demás establecimientos docentes, de aquella Sociedad Colombina Onubense que desde 1880 y en unión con el entonces Instituto de Enseñanza Media La Rábida y la Diputación, se levantaron del silencio y del olvido instaurando este sentido hispanoamericano que hoy, gracia a Dios, a la colaboración de la orden franciscana y de forma particular y especial al Ayuntamiento de Palos y a las autoridades de los Lugares Colombinos, puso en marcha un sentimiento del que participa toda la población, al calor de esas Fiestas Colombinas creadas por esta Real Sociedad y el Ayuntamiento de Huelva aquel año de 1880.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios