En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios". Es el primer versículo del Evangelio de San Juan, que en el 14 añade que "El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (,,,) lleno de gracia y verdad". Podríamos aplicar esto a la palabra como elemento primigenio de la comunicación humana. En los versículos 4, 5, 7, 8 y 9, el concepto que adquiere protagonismo es la luz, que aquí nos interesa asociar a la imagen. Imágenes y palabras rescatadas de la memoria borrosa de nuestra infancia contribuyen a diseñarnos como hoy somos. También la Historia de la Humanidad se preserva a base de palabras y de imágenes; estas últimas incrementan su protagonismo en paralelo con los avances de la fotografía.

En los desayunos de TVE, su presentador anuncia -decisión acertada, aunque tardía- que van a añadir la foto más representativa de la jornada con la presentación de las portadas de los periódicos. Puede ser exagerada la afirmación de que una imagen vale más que mil palabras, pero sin duda una fotografía se imprime con más facilidad en nuestra mente que un documento escrito. Como magistrales botones de muestra, la vigencia de la foto de Robert Capa de la Guerra Civil, que Life popularizó en el reportaje Muerte en España; en una línea distinta, el famoso beso parisino de Henri Doisneau, o el testimonio de la Leica de Henri Cartier-Bresson, al revelarnos el despertar del gigante chino. En nuestra memoria se imprimió también la huella indeleble de eventos capitales del siglo XXI como el atentado de las Torres Gemelas (2001), la invasión de Irak (2003) o el tsunami del Índico (2004).

Aquí en Huelva, además de contar con muy buenos fotoperiodistas, hemos podido disfrutar de espléndidas exposiciones de algunos de los mejores del mundo en Latitudes y el Otoño Cultural Iberoamericano; hace pocas semanas en la Casa Colón pudimos admirar, en la de Jesse A. Fernández, excelentes documentos gráficos de la revolución cubana. Y en el mismo OCIb, en la Universidad, la memoria de la transición democrática en Andalucía se plasmaba en 40 fotos que hay que agradecer a Juan de Dios Mellado y a la Asociación de la Prensa. Por cierto, su presidente Rafael Terán no pierde oportunidad de reivindicar el papel de los fotógrafos de prensa. Vayan estas líneas, aun sin el acompañamiento de imágenes, como homenaje a estos imprescindibles profesionales del periodismo.

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