Fotografía, belleza y valores

Médicos del Mundo organiza cada año un concurso fotográfico en memoria de Luis Valtueña, asesinado en Ruanda

La escuela de fotografía Sumerge-te ha organizado una visita a la Feria ARCOMadrid que, con la restante oferta cultural de la capital, la convierten en el centro neurálgico de las manifestaciones artísticas de nuestro país. ARCO concentra obras para todos los gustos -y algunos disgustos- con los precios más diversos, casi siempre, ¡ay!, inasequibles. Los amantes de la fotografía onubenses quedaron encantados, al margen de la Feria, con la cámara oscura de Richard Learoyd, que proporciona una luminosidad mágica a sus retratos (Fundación Mapfre) y con la singular belleza de Espejo de lo invisible, de Bill Viola, que logra hacer del videoarte una experiencia conectada directamente con la espiritualidad de la mejor pintura clásica (Fundación Telefónica). Por cierto, una espectacular videoinstalación en torno a la sal, comisariada por Miguel Ángel Concepción y Rocío López, ha ocupado el espacio de la Diputación de Huelva en esta edición de ARCO.

Del puro arte más contemporáneo al arte al servicio de la solidaridad: la exposición organizada por Médicos del Mundo en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Son cuatro series de fotos premiadas en el concurso de fotografía humanitaria que la ONG convoca cada año en memoria de Luis Valtueña, asesinado en Ruanda a los 32 años cuando trabajaba para la organización. Madre alternativa, del iraní Mohsen Kaboli, se alzó con el primer premio con un grupo de fotografías dedicadas a un asunto controvertido, el de los vientres de alquiler, que trata con delicadeza. La repatriación del cuerpo de una joven marroquí, muerta cuando trataba de llegar a las costas españolas, es el tema de El último viaje de Zhora Sarrouj, del primer finalista, Javier Fergo. El segundo finalista ha sido Daniel Ochoa, con Cruzando la última frontera, en Tijuana, que da testimonio de otro éxodo de los que buscan una salida para sus vidas sin esperanza, que esperan encontrar en los Estados Unidos. Y finalmente, otro español, Santi Donaire, nos presenta en blanco y negro Hijos de la desmemoria, que recuerda la negra historia de la guerra incivil española, rubricada con la apertura de las fosas de sus víctimas.

Desearíamos que la exposición de Médicos del Mundo se exhiba en Huelva. Sería el mejor fruto de un fin de semana denso y profundo, con una incursión en el arte que transmite belleza, por supuesto, pero también otros imprescindibles valores humanos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios